Son muchos los indicios de que el sexenio político que arrancará con el proceso electoral del 1 de julio próximo, se convertirá en el sexenio de las mujeres en México.

 

Y es que las mujeres mexicanas que se dedican a la política, podrán participar en dicho proceso electoral, como no había ocurrido en comicios anteriores. Es decir, que estarán presentes en las boletas de las contiendas a los más importantes cargos de elección popular.

 

Es probable –o altamente probable-, que en la contienda presidencial participe de manera destacada y con posibilidades reales de triunfo, una mujer. ¿De quién estamos hablando? Todos lo saben, de Josefina Vázquez Mota.

 

De acuerdo con el más reciente paquete de encuestas, la señora Vázquez Mota sigue con una tendencia a la alza. Es decir, su popularidad continúa creciendo, sus negativos siguen bajando, y cuando se pregunta a los potenciales electores militantes del PAN, y/o a los votantes en general, cada vez un mayor porcentaje la prefieren como la candidata del partido azul.

 

De hecho, abundan las opiniones en distintos sectores de Acción Nacional, en el sentido de que ante la contundencia de las encuestas, ya resulta ocioso llevar a cabo el proceso interno de selección previsto para el 5 de febrero. ¿Por qué esa percepción?

 

Porque la señora Vázquez Mota tiene en su nómina al 50% de las preferencias, sean simpatizantes, militantes y/o adherentes de Acción Nacional. Es decir, que aun sumados los porcentajes de quienes simpatizan con Santiago Creel y Ernesto Cordero, prácticamente nada tienen que hacer en la contienda.

 

Por eso no resulta descabellado suponer que probablemente en los próximos días, los señores Creel y Cordero realicen un acto de contrición política, y concluyan que le hacen más bien a su partido tirando la toalla. Aunque eso sería un asunto de grandeza, lo que no es muy usual entre la clase política contemporánea.

 

Por lo pronto, todo indica que, por primera vez en la historia electoral mexicana, una mujer participará en la contienda presidencial con posibilidades reales de triunfo. ¿La dejarán llegar?

 

 

El DF es de la mujeres

Pero el caso de Josefina Vázquez Mota no es el único de relevancia político electoral en el que estará presente una mujer.

 

Resulta que “los astros” parecen conspirar a favor de que en la capital del país, la disputa por el gobierno del DF se produzca entre tres mujeres, lo cual resultaría mucho más que un inédito; sería un hecho histórico.

 

En el primer caso, todos saben que en el PRI la candidata se llama Beatriz Paredes; militante del tricolor por más de tres décadas, legisladora por muchos años, gobernadora de su natal Tlaxcala y profunda conocedora de los intríngulis de la política mexicana.

 

Por razones que pocos se explican, la señora Beatriz Paredes encabeza todas las encuestas. Unos dicen que se debe a la caballada flaca del PAN y del PRD, otros señalan que se trata del “fenómeno Peña”, mientras los de más allá especulan que los capitalinos “están hasta la madre” de los gobiernos de izquierda.

 

Lo cierto, es que la señora Beatriz Paredes será la candidata a vencer. Por eso, la dirigencia nacional del PAN recurrió al clásico de Nicolás Maquiavelo. ¿Por qué?

 

Porque los “jefes del PAN” no encontraron en sus distintos establos ningún cuadro capaz de hacer un papel mediano en la contienda por el Distrito Federal. Ni Demetrio Sodi, ni Gabriela Cuevas, ni José Luis Luege Tamargo, ni Carlos Orvañanos ni Mariana Gómez del Campo. ¿Pero qué creen?

 

Sí, para ello están las organizaciones civiles. Los azules convencieron a la señora Isabel Miranda de Wallace –activista renombrada contra el secuestro-, para que por primera vez en su vida se vistiera con los colores azul y blanco del panismo y, casi nada, se convirtiera en candidata al GDF.

 

Lo azules creen que “para que la cuña apriete” la candidata a la capital debe ser una mujer. Con todo y que eso implique pervertir las causas sociales y a sus líderes.

 

Al más puro estilo del viejo PRI y del oportunista PRD, el PAN acudió por el “cascajo” de las causas sociales. En otras palabras, utilizó la ambición sin límite que significa el segundo cargo más importante de elección en México, para doblegar la convicción de una mujer, como Isabel Miranda de Wallace, que nada tiene que hacer en la boleta de los aspirantes al GDF, y que no tiene la menor idea de lo que significa la política y la lucha por el poder.

 

Acción Nacional comete un gravísimo error. Que con su pan se lo coman.

 

 

¿También los amarillos van por una mujer?

La tercera en discordia en la competencia por el GDF, podría ser la señora Alejandra Barrales; sobrecargo, líder sindical de su gremio, legisladora y también poseedora de una ambición sin límite para llegar al gobierno capitalino.

 

Sin embargo, la historia, en el caso de las izquierdas, aún no termina de escribirse. En unas horas comenzará el levantamiento de una batería de tres encuestas para seleccionar a la candidata de las izquierdas a la capital del país o, en su caso, al candidato. Los números son favorables para la señora Barrales, a menos que por primera vez, desde que es Jefe de Gobierno del DF, Marcelo Ebrard reclame sus territorios y consiga empujar como candidato, a su plan B, Miguel Ángel Mancera.

 

Resulta, como todos saben, que según los acuerdos para convertir a Andrés Manuel López Obrador en candidato presidencial por segunda ocasión, correspondería a Marcelo Ebrard seleccionar al que sería su sucesor. En otras palabras, que Marcelo Ebrard habría declinado sus aspiraciones presidenciales –luego de las famosas encuestas-, a cambio de mantener el control en la capital del país.

 

En un ejercicio elemental de memoria, seguramente recordaremos que el propio tabasqueño anunció que Marcelo Ebrard tendría prioridad en la sucesión, lo que todos entendieron como un pago por la “lealtad” del Jefe de Gobierno.

 

Pero la realidad ha resultado totalmente distinta. Apenas el pasado miércoles, el “chuchista” Carlos Navarrete declinó sus aspiraciones a la jefatura de Gobierno y se sumó a Alejandra Barrales.

 

Es probable que esa declinación y el amarre con grupos afines a Martí Batres y a Gerardo Fernández Noroña, hagan el milagro y, al final de cuentas, las encuestas digan que la candidata al GDF se llama Alejandra Barrales. ¡Mujeres divinas! ¿Cara o Cruz?

 

 

¿Se acuerdan?

Debido al receso navideño de la pasada elección presidencial, la semana del 7 al 13 de enero de 2006, fue el último momento de calma antes de la tempestad electoral.

 

Durante esos días, los 5 aspirantes a la presidencia se registraron ante el IFE.

 

A Patricia Mercado la acompañaron las dudas y los cuestionamientos de sus correligionarios, mismos que estuvieron cerca de tirar su candidatura.

 

Con Roberto Campa estuvo la sombra de Elba Esther Gordillo que, aunque aseguró no haberlo impuesto, para nadie es un secreto que nada se mueve en el Panal sin el consentimiento de “la maestra”.

 

A lado de Roberto Madrazo estuvieron sus “cuatro generales” Mariano Palacios Alcocer, Manlio Fabio Beltrones, Enrique Jackson y Jorge Emilio González.

 

Andrés Manuel López Obrador estuvo flanqueado por sendos representantes de la izquierda como los ex gobernadores Amalia García y Zeferino Torreblanca.

 

Y finalmente, a Calderón se unieron Juan Camilo Mouriño, Santiago Creel y Josefina Vázquez Mota. La terna que, en ese entonces, se esperaba persiguiera la candidatura azul en 2012.

 

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