Corea del Sur y Estados Unidos firmarán un plan operativo conjunto para hacer frente a las posibles provocaciones norcoreanas, que incluirá ejercicios militares conjuntos, anunció hoy en Seúl el Ministerio de Defensa.

 

En un informe que detalla sus planes políticos para 2012, el ministerio informó que está previsto que se firme este mes el plan conjunto entre los aliados para hacer frente a las eventuales provocaciones del régimen de Pyonyang.

 

En octubre pasado, los gobiernos de Seúl y Washington habían acordado en principio este pacto en sus diálogos anuales de ministros de Defensa, conocida como Reunión Consultiva de Seguridad (SCM).

 

“Después de completar nuestro plan de contingenia conjunto, realizaremos juntos ejercicios regulares para establecer una fuerte postura de defensa”, señaló el ministerio surcoreano en un informe, según un reporte de la agencia de noticias Yonhap.

 

En una conferencia de prensa, Lim Kwan-bin, viceministro de Defensa para la política, comentó que la firma del acuerdo reafirmará el compromiso de los aliados para la preparación militar.

 

“Corea del Sur y Estados Unidos ya llevaron a cabo ejercicios conjuntos importantes, tales como el Ulchi Freedom Guardian y el Foal Eagle, además de ejercicios más pequeños entre niveles estratégicos”, acotó Lim.

 

“Una vez que se firme el plan operativo conjunto, participaremos en más ejercicios que nos ayudarán a ejecutar tal plan. Especificará cómo deben celebrarse dichos ejercicios”.

 

El ministerio de Defensa indicó que esta medida es parte de sus esfuerzos para mantenerse alerta y precavido contra las amenazas norcoreanas.

 

Hace menos de dos años que tuvo lugar en el mar Amarillo el hundimiento del buque de guerra surcoreano Cheonan por parte de Corea del Norte.

 

El ataque mortal fue seguido por el bombardeo norcoreano contra la isla de Yeonpyeong, también en el mar Amarillo, que se ubica justo al sur de la tensa frontera. Cincuenta surcoreanos, incluidos dos civiles, fallecieron en tales provocaciones.

 

Seúl también ha mantenido una estrecha vigilancia sobre el Ejército norcoreano tras la muerte de su líder, Kim Jong-il, a finales del año pasado.

 

Aunque el Ejército surcoreano no elevó sus niveles de alerta de vigilancia y de combate, los funcionarios temen que Kim Jong-un, designado como el nuevo líder, pueda tomar pronto una acción militar para consolidar su control sobre el régimen comunista.