No hay duda. Nadie se atreve a negar que el FC Barcelona es el mejor equipo del mundo en la actualidad. Ayudan sus continuos éxitos, claro está. No es cualquier cosa sumar su segundo Mundial de Clubes en tres años, o haber derrotado una vez más al Real Madrid que sigue siendo líder de la Liga española pero no oculta estar lejos del nivel de excelencia de su más odiado rival.

 

Pocas veces un equipo que juega tan bien es tan ganador. Tal vez nunca estilo y eficacia hayan firmado un matrimonio tan feliz y duradero.  Desde la llegada de Josep Guardiola al banquillo culé, a mediados de 2008, la cosecha de éxitos del cuadro catalán es interminable.

 

En tres años y medio el Barcelona se ha convertido en una bandera excelsa del buen futbol, ha enamorado multitudes con su juego y ha causado una revolución táctica que devuelve al balón el valor real que otras tendencias especulativas pretendieron arrebatarle. Su apuesta futbolística roza la perfección e impide que sea fácil de imitar o de neutralizar.

 

Coinciden en su elenco la mayoría de los mejores futbolistas del planeta, todos ellos al servicio de un colectivo que goza y hace gozar, que se divierte y divierte a todos, claro menos a los que están enfrente y se cansan de ver que la pelota parece propiedad ajena.

 

Pero más allá de esos valores estéticos, están también los fríos pero rotundos resultados. Por eso, es más grande la estatura de este equipazo, que llena los requisitos de los románticos y de los pragmáticos.

 

Los números son poesía. Ha conquistado 13 de los 16 trofeos por los que disputó, ha perdido apenas 18 veces en 211 partidos oficiales, presume un impresionante 78 %  de efectividad, y además de anotar goles por racimos, los evita por sentido común.

 

Por todo lo anterior, y más allá de los subjetivos gustos futbolísticos de cada quien, se ha rebasado el debate de cuál es el mejor equipo del momento, han sido superadas las dudas de quienes no le consideraban un equipo de época; ahora la polémica se centra en colocar al Barcelona de Messi, Xavi e Iniesta en el justo sitio histórico que merece.

 

Ahí donde viven eternamente el Madrid de Di Stéfano, el Inter de Helenio Herrera, el Ajax de Cruyff, el AC Milán de Sacchi, el Bayern Munich de Beckenbauer, ya hay un sitio seguro para este Barcelona.

 

Y no son pocas las voces que aseguran que inclusive este es el mejor equipo de todos los tiempos. La brutal aseveración tal vez nunca pueda ser aceptada por unanimidad, pero cada vez hay menos voces discordantes y si el Barcelona de Guardiola sigue por esa ruta más temprano que tarde lo que hoy es cuestionable mañana tal vez sea sólo certeza.

 

 

 

 

 

A Pelé le gana la envidia

Nadie puede discutirle su grandeza como futbolista, aunque jamás haya jugado en un club europeo. Lo que tampoco se puede negar es que sus declaraciones suelen estar llenas de vanidad. Ese “don” le ha valido severas críticas de varios de sus colegas y compatriotas. Alguno como Romario, fue duro pero certero al calificarlo como “un poeta, cuando está callado”. Puede tener razón al decir que su Brasil en México 1970 jugaba mejor que la España de hoy en día, pero otras apreciaciones en las que defiende sus equipos como los mejores de la historia no encuentran real sustento. Horas antes de la Final del Mundial de Clubes del pasado domingo, Edson Arantes Do Nascimento volvió a dejar patente su incapacidad para elogiar a otros cuando le preguntaron si el Barcelona de Guardiola estaba a la altura de aquel mítico Santos. El ex astro fue tajante: “No se pueden comparar ambos equipos porque el Barcelona se está emergiendo ahora y el Santos estuvo en la cima durante 15 años”. “Está claro que mi Santos fue mucho mejor”.

 

La memoria de Pelé tal vez no tenga tan frescos los datos, pues su Santos estuvo lejos de mantenerse en la cima tanto tiempo como él recuerda. De hecho ese gran equipo, en el plano internacional, sólo fue capaz de dominar dos años consecutivos, la Copa Libertadores y la Copa Intercontinental, predecesora del actual Mundial de Clubes, en 1962 y 1963. Tras ello no volvió a ganar fuera de Brasil nada más que torneos amistosos, en las largas giras mundiales realizadas por el Santos que resultaban económicamente muy lucrativas. Y para colmo, Pelé sigue asegurando que Neymar es mejor jugador  que Messi, de quien no hace mucho dijo que la diferencia era la experiencia y que el argentino era más reconocido porque tenía ya “15 años de carrera”¿?. Por si hiciera falta, habría que recordar que el argentino sólo tiene 24 años de edad.