Una tarde, durante lo que parecía una charla informal, José López Portillo le preguntó a Francisco Labastida: ¿Quiere ser gobernador de su estado?

 

El sinaloense lo pensó unos momentos y  contestó: “Sí quiero, pero no estoy listo”.

 

Labastida tenía 38 años (hoy tiene 69). Desconocía -y así se lo manifestó al entonces presidente de la República- todo lo relacionado con el tema de la seguridad. Pidió tiempo para prepararse, para conocer el tema a fondo, para asesorarse internacionalmente. Y  seis años después, se convertiría en el candidato del PRI al gobierno de Sinaloa.

 

Para entonces, el futuro gobernador había recibido un consejo importante por uno de sus asesores del Mossad: “No armes a las policías, primero depura. Aquí, el orden los factores sí altera el producto”.

 

Aún así, durante su campaña, el primer aviso que tuvo de los capos fue el que ametrallaran su auto afuera de su casa. Unos días después recibió un recado de los “malosos”: Que dicen que no fueron ellos, que se lo entregan donde quiera y como quiera.

 

La respuesta de Labastida fue: “No puedo aceptar un servicio de ese tipo porque la seguridad dependería de ellos. Yo les voy a decir las reglas del juego: 1, el que haya cometido un delito, voy a aplicar la ley parejito, voy a indagar los delitos y a detener a los responsables; 2, no acepto dinero de nada y mi gente tampoco; si llegan a pedirles algo, pueden disponer de ellos como quieran; 3, éste es el último comunicado que tenemos.

 

Anécdota e historia precedían los comentarios que habría de hacer Labastida sobre las decisiones tomadas por Felipe Calderón en su lucha contra el crimen organizado y de lo que el discurso del actual mandatario (la intromisión del narco en las elecciones) proyecta hacia las elecciones de 2012.

 

“La decisión de combatir es correcta, pero entró a la pela sin una estrategia completa y sin depurar a las policías. ¿Por qué no selló la frontera sur y la frontera norte, que es por donde pasan armas y drogas? ¿Por qué no antes fortaleció al Poder Judicial? Es evidente que no se concibió de manera integral”.

 

¿Y GENARO GARCÍA LUNA?

Genaro (actualmente secretario de Seguridad Pública Federal) trabajó conmigo. Es un buen policía, es un operador, pero no es un estratega.  Ahora, la culpa de que lo tengan como estratega no es suya, sino de quien le otorgó funciones de estrategia cuando él es sólo un operador.

 

OPERATIVOS COMO EL DE MICHOACÁN, CON QUE ARRANCÓ LA GUERRA, ¿NO SON PARTE DE UNA ESTRATEGIA?

Son acciones de respuesta, no estratégicas. La estrategia prevé, se adelanta.

 

¿EL GENERAL GALVÁN TAMPOCO ES ESTRATEGA?

No le dé vueltas, el presidente se metió a la guerra sin estrategia y sin estratega.

 

¿QUÉ PASÓ EN SINALOA, QUE HASTA EL GOBERNADOR TUVO QUE SACAR A SUS HIJOS FUERA DEL PAÍS?

La situación se descompuso mucho, pero desde hace rato. En mi tiempo, cuando había un muerto al día, teníamos junta del gabinete de Seguridad porque eso ya era grave. Ahora son siete y ocho muertos al día. El problema, volvemos, es no haber concebido el enfrentamiento contra el narcotráfico de manera integral. Los estados coadyuvan en esta lucha, pero sólo eso: coadyuvan. Un problema internacional como es el narcotráfico, sólo el gobierno federal, con una estrategia integral, puede enfrentarlo.

 

¿QUÉ LE DICE EL DISCURSO DE CALDERÓN SOBRE LA INTERVENCIÓN DEL CRIMEN EN LA ELECCIÓN DE MICHOACÁN?

Está viendo a quién le echa la culpa de la derrota.

 

¿NO CREE QUE HAYA INTERVENIDO EL NARCOTRÁFICO EN LA ELECCIÓN?

El narco es capaz de meterse en cualquier lado y en cualquier partido, no tienen color político. Lo equivocado es partidizarlo.

 

¿QUÉ HACER EN ESE SENTIDO CON LAS ELECCIONES DE 2012?

Tomar un acuerdo entre partidos, IFE y gobierno para no dejar entrar al narcotráfico. Tomar medidas serias para evitar su intromisión en serio. Pero hay que hacerlo, como dice Manuel Camacho, en privado; no es algo para estarlo contando a los cuatro vientos.

 

¿CÓMO PREVÉN DESDE EL PRI EL CAMINO RUMBO A LA ELECCIÓN?

Vemos polarización, con encono; judicialización, órdenes de aprehensión; intimidación en el tono de “haz esto o cállate”.

 

DESDE HACE MÁS DE UN AÑO QUE USTEDES HABLAN DE UNA POSIBLE PERSECUCIÓN DE EX GOBERNADORES.

Sí, tenemos información de fuentes razonablemente creíbles en ese sentido. Sabemos que están haciendo averiguaciones grupos especiales desde hace tiempo, y tienen ya preparados los expedientes para soltarlos en el momento adecuado. Es un grupo grande de ex gobernadores el que está sujeto a la investigación, unos por delitos fiscales y otros por tener cerca gente ligada al crimen organizado.

 

¿ÚNICAMENTE PRIISTAS?

No, también del PRD.

 

RESPECTO DEL PRI, ¿QUÉ VA A SER DE LOS BELTRONISTAS?

Hablaré sólo por mí: En lo que pueda le echaré la mano a Enrique (Peña Nieto).

 

¿NO VE MUY CERRADO AL EQUIPO DE PEÑA?

Mi caso es diferente, yo no aspiro a nada, nada me envidian. Pero aún ellos (los mexiquenses) difícilmente pueden meter en el mismo grupo a (Alfredo) Del Mazo y a César Camacho. Su posición de apertura es muy diferente, como ocurre en todos los grupos.

 

¿QUÉ LECTURA LE DA A LA DESIGNACIÓN DE PEDRO JOAQUÍN COLDWELL?

De apertura (por parte de Peña), sin duda.

 

¿HABRÁ CAMBIOS EN EL CONVENIO DE LAS COALICIONES EN EL CASO DE SINALOA?

Ojalá. Aunque el problema no son tanto las posiciones que se entregaron al Panal, sino las personas a las que enfilan. Darle la primera senaduría al yerno de Elba Esther, Fernando González, es un error, ¡nadie lo conoce en Sinaloa! En cambio, en el segundo distrito, el de los Mochis, que también va para el Panal, está el ingeniero Rubén Félix, que ya fue diputado federal, y él sí puede ganar, la gente lo conoce y lo quiere. Del distrito 5, Culiacán, no se sabe a quién propondrá Nueva Alianza.

 

SE VE QUE TODAVÍA HAY MOLESTIA POR ALGUNAS CLÁUSULAS DEL CONVENIO DE COALICIÓN.

¡Hubo partes del acuerdo que son inaceptables! Hasta los representantes de Peña Nieto estaban en contra.

 

¿A CUÁL CLÁUSULA SE REFIERE?

A la de que si no les gusta nuestro candidato, se retiran…

 

PERO SE APROBÓ ASÍ.

Pues sí… Y como me decía un amigo yucateco: Lindo, todo exceso es mucho.