Saif al Islam Gadafi, hijo del fallecido dictador libio Muamar Gadafi, pidió a los rebeldes que lo detuvieron la víspera que lo mataran de un tiro en la cabeza para evitar ser entregado al nuevo gobierno libio, que le promete un juicio justo.
“Saif al Islam nos pidió que lo matáramos, que le disparáramos a la cabeza”, afirmó Al Ajmi Al Atiri, jefe de la brigada rebelde que detuvo al hijo de Gadafi en Wadi al Ajal, en la región de Obari, suroeste de Libia.
El segundo hijo de Gadafi, quien era visto como su probable sucesor, fue arrestado la madrugada del sábado, cuando viajaba en un convoy a través del desierto meridional, con rumbo a Níger, luego de permanecer fugitivo por tres meses.
Al Atiri dijo en una conferencia de prensa en la localidad de Zintan, a donde fue trasladado Saif al Islam, que aunque el hijo de Gadafi prefería morir para no ser detenido, la brigada rebelde que lo detuvo decidió entregarlo y no hacer caso a sus ruegos de muerte.
“Said al Islam pidió ser ejecutado de un disparo en la cabeza, pero nosotros decidimos contactar con la base aérea de Trípoli para que enviara un avión y lo trasladáramos vivo y en buen estado a Zintan”, destacó, en clara alusión a la manera en la que murió Gadafi.
Hicimos todo lo posible para asegurar su seguridad, subrayó Al Atiri en la rueda conjunta con el primer ministro del gobierno interino libio, Abderrahim al Kib, quien garantizó un juicio justo y transparente para el detenido.
“Quiero asegurar a nuestro pueblo y a todas las naciones del mundo que Saif al Islam y quienes fueron detenidos con él tendrán un juicio justo, con las garantías locales y el derecho internacional”, afirmó, según un reporte de la cadena árabe Al Yazira.
Saif y los que están con él serán juzgados de una manera justa, con base a los acuerdos internacionales, esos derechos de los que durante 42 años ha estado privado el pueblo libio, subrayó el jefe del gobierno interino, al frente del Consejo Nacional de Transición (CNT).
Al Kib aseguró que la detención del hijo del fallecido líder libio era un paso importante para la nueva etapa de construcción de Libia, un Estado, afirmó, que será levantado sobre “la libertad, la ley, la justicia y la transparencia”.
Saif al-Islam fue acusado en junio pasado por la Corte Penal Internacional (CPI) de crímenes contra la humanidad, relacionados con la represión durante el régimen de Gadafi para sofocar el levantamiento en su contra de marzo pasado.
La orden de arresto internacional emitida por la CPI obliga a las autoridades libias a entregarlo ante el tribunal, sin embargo el ministro interino de Justicia y de Derechos Humanos de Libia, Mohamed al Alagui, afirmó la víspera que el detenido será juzgado en Libia. Muchos libios quieren que Saif al-Islam sea juzgado en Libia para que revele la ubicación de miles de millones de dólares del fondo público que la familia de Gadafi se apropió durante las cuatro décadas que lideró al país africano.