El sistema político mexicano es una farsa que se evidencia cada vez con más descaro. Un IFE trunco y partidos ensoberbecidos recrean la última elección estatal, y marcan pautas para el 2012. Las cúpulas cumplen con las formas pero violentan el fondo de todo tema público.

 

En San Lázaro no hay condiciones para definir a los consejeros faltantes del IFE. En 2007, institucionalmente, secuestraron al órgano ciudadano, y ahora lo mandan a la guerra sin fusil. Violentan la constitución, y a pesar del 2006, dejan correr la elección.

 

Los partidos ensimismados, se aíslan de la ciudadanía. Se conforman con validar institucionalmente su “cochinero”. Se respaldan en leyes y reglamentos, para ocultar su impunidad y su aprehensión por el poder a costa del desarrollo local y nacional.

 

El PRD, es incapaz de generar, siquiera, un proceso interno ordenado. No logran la institucionalización. Sobreviven con arreglos y pleitos de barrio.

 

El PAN es foco de infección. Sus padrones de activos y adherentes son cuestionados. La  selección de candidatos cumple con requisitos institucionales, pero impera la sombra del presidente en sus procesos internos.

 

El PRI, se disfraza de demócrata. Abren la contienda con los dados cargados. Con su tradicional habilidad, usan las demandas ciudadanas para aparentar avance sin soltar las riendas. Si queremos reelección, escogen candidatos reelectos como Eruviel o Fausto Vallejo. Si queremos renovación de cuadros inventan candidatos jóvenes con mentalidad vieja, como Peña Nieto. Si queremos justicia, inventan un juicio “Fast track” al director del SAT de Coahuila por endeudar a la entidad con documentos falsos. Maestros del gatopardismo, mantienen intacto su poder y su impunidad disfrazados de modernidad.

 

La elección de Michoacán es un buen espejo de la comedia institucional. Es la entidad por la que se detonó la guerra contra el narco. El origen de la confrontación entre federación y estados.

 

Hay elementos objetivos, que explican la caída del PRD en las encuestas. Godoy es uno de los gobernadores peor evaluados hasta este momento. Esta demostrado el impacto de la reputación del gobernador sobre su candidato. Pero, hay otros factores que ameritan atención.

 

Ante las lecciones de Guerrero y Edomex: los priistas escogieron a Fausto Vallejo, una versión añeja y tarasca de Eruviel. Aunque rechazan la reelección consecutiva, reconocen que sólo pueden ganar con un candidato que fue alcalde de Morelia cuatro veces. Suman, abiertamente, recursos de todo el país para operar.

 

El PAN, optó por la hermana del presidente que garantiza recursos federales y alineación del partido. Todo el poder del estado la apoya. Militares y policías la escoltan en plazas públicas. El gasto público federal es más eficiente que nunca.

 

Al gobierno estatal, Hacienda le suspendió, unilateralmente, un acuerdo no escrito que establecía que la Federación pagaría las cuotas estatales del ISSSTE. Sin documento que lo ampare, a quince días de la elección, legalmente, secaron al estado. Se desató una crisis fiscal, que se resolverá pasada la elección. Se evidencia la debilidad estatal y la dependencia del candidato de los recursos locales. Sin apoyo gubernamental, la campaña del PRD desapareció.

 

El viejo sistema no muere. Cambian cosas para que todo permanezca igual. Las cúpulas se aferran a su estructura. El país se desangra pero, la farsa continua. Siempre hay un resquicio legal que sustente su actuación. No nos abrirán las puertas hasta que las reventemos.