A pesar de la crisis mundial, América Latina ha tenido un buen ritmo de crecimiento. Mientras que las economías avanzadas continuarán creciendo lento, se estima que América Latina crecerá en 4.4% en 2011 y 4.1% en 2012, sin embargo, se enfrenta a desafíos como la necesidad de una mejor educación, una mano de obra más calificada o políticas encaminadas a una mayor innovación y tecnología.

 

Todo esto de acuerdo a Perspectivas Económicas de América Latina 2012, un estudio presentado por la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).

 

“El desafío de la región es transformar un periodo de bonanza en un periodo de desarrollo económico”, asegura Christian Daude, encargado de la Oficina para América Latina y el Caribe del Centro de Desarrollo de la OCDE, uno de los autores del estudio, a través de reformas que garanticen un mayor crecimiento.

 

El estudio, tiene como objetivo, analizar de una forma global el papel del Estado como elemento esencial en el crecimiento económico en países como Guatemala, Perú, República Dominicana, El Salvador, México, Colombia, Chile, Venezuela, Costa Rica, Uruguay, Argentina y Brasil.

 

“La economía internacional continúa siendo la principal fuente de incertidumbre para América Latina y el Caribe”, en cuanto a la gran entrada de capitales de países como China. En este sentido, la propuesta del estudio es diversificar la economía hacia el mercado interno y hacia el crecimiento y valor agregado.

 

“(Hacer) una economía más basada en el conocimiento, esto requiere de recursos humanos y de educación. En ésta última hay mucho por hacer por parte de los estados, que si bien se ha expandido la cobertura educativa, uno mide los resultados PISA en la región en general y los resultados son malos”, explica Daude.

 

El estudio arroja que los jóvenes latinoamericanos de 15 años de edad, rinden menos en las pruebas de lecturas que sus pares en la OCDE y que lo hacen como si tuviesen dos años menos que el promedio de dicha organización.

 

Otra propuesta que el documento plantea, es una mayor recaudación de impuestos a través de una reforma fiscal que ayude a reducir la “enorme brecha entre las necesidades y los recursos disponibles”, ya que esto produce que los países cuenten con un menor recurso por habitante en comparación con los países desarrollados para satisfacer las demandas y expectativas.

 

México está dentro de los países con una recaudación fiscal más baja, muy por debajo del promedio de la OCDE.

 

La pobreza y la desigualdad son temas en los que también los países de América Latina tienen que concentrar sus esfuerzos. Según cifras de este estudio, uno de cada tres latinoamericanos vive debajo de la línea de pobreza.