Buenas noticias. Me llegan tres volúmenes con el nombre de Enrique Krauze en la portada y el sello de “Ensayista liberal”: Del desencanto al mesianismo, Por una democracia sin adjetivos (1982-1996) y Democracia en construcción (2006-2016). Se suman a Caras de la historia I y II y Personas e ideas. La editorial Debate se ha dado a la tarea de reunir la obra ensayística de un hombre conocido también por ser un asiduo de los debates televisivos, un exitoso productor de TV él mismo y desde luego un muy perspicaz editor –ése que puso a circular la historia masivamente con las ediciones de Clío, el que hace 18 años metió de cabeza en el intercambio de ideas a la revista Letras Libres.

 
Desde la historia como desde el análisis político y desde los arranques del siglo XX hasta ayer mismo por la tarde, Krauze es responsable de una radiografía de México que, hoy más que nunca, con las cosas tan feítas en Estados Unidos y la sombra que se cierne del mesianismo tabasqueño, de veras es necesario conocer si se quiere alcanzar una comprensión razonable de las complejidades de este país con sus zozobras, muchas, y sus aciertos, no escasos, pero insuficientes.

 
Krauze ha transitado de la biografía de los poderosos –Biografías del poder, Siglo de caudillos– a la historia del pensamiento –Daniel Cosío Villegas: una biografía intelectual, Redentores– y de ahí a la reflexión política en estado más puro –Por una democracia sin adjetivos. ¿Qué hilo conductor une esa obra versátil y curiosa, inquieta? Por un lado, la apuesta por los valores democráticos, digamos occidentales, esa democracia sin adjetivos que podríamos llamar liberal; la que se asienta en la libre circulación de las ideas por escrito o por hablado, en la defensa de los derechos humanos, en el voto secreto e individual y, desde luego, en la libertad económica. En contraparte, la une el horror meditado, estudiadísimo, desglosado, analizado a fondo, frente a las dictaduras de derecha y, desde luego, de izquierda, a los populismos, a los regímenes de partido único, a la idea de la sociedad como una lucha a muerte entre clases o etnias.

 
Ése es el Krauze que piensa a México en estos volúmenes: el que pone en solfa a López Obrador en un texto de terrible lucidez, “el Mesías Tropical”, pero carga contra el PRI, y medita sobre las crisis recurrentes del último PAN o sobre Ayotzinapa. En serio es importante que lo lean. Entiende muchas cosas muy bien, y ayuda a entenderlas. Y ya saben que entender es descansar un poco: despejar los miedos. Regálense eso.