El Congreso debe aprobar lo antes posible un estatuto de actuación de las Fuerzas Armadas en tareas de seguridad. Es un tema que está en la agenda de prácticamente todos los grupos parlamentarios en la cámara de diputados del congreso de la unión.

 

 

Mi opinión es que se debe desahogar ya el trámite parlamentario, es urgente dar certidumbre jurídica al Ejército y la Marina, que son instituciones fundamentales para nuestro país.

 

 

Actualmente, existen tres iniciativas que pueden ser dictaminadas:

 

 

La primera presentada por el Diputado Jorge Ramos, del Grupo Parlamentario del PAN, con la que se busca definir los conceptos de seguridad nacional, obstáculos, instancias, intervención de comunicaciones privadas, y busca el acotamiento al fuero militar, racionalizar y regular el ejercicio de la facultad que la constitución general de la república concede al titular del poder ejecutivo, para preservar la seguridad nacional y disponer de la fuerza armada permanente para la seguridad interior y defensa exterior de la Federación.

 
Propone distinguir con claridad los supuestos bajo los cuales se estime que la seguridad nacional se ve comprometida y establece el procedimiento mediante el cual una autoridad local puedan solicitar una declaratoria de afectación a la seguridad nacional así como los contenidos mínimos que debe cumplir.

 
Se prevén los supuestos en los cuales el Presidente de la República puede ordenar la participación de las fuerzas armadas y precisa que la declaratoria de afectación no implica en absoluto ni restricción ni suspensión de derechos humanos y sus garantías.

 

 

La segunda presentada por la Diputada Martha Tamayo, junto con el Diputado César Camacho Quiroz, del Grupo Parlamentario del PRI, con la que se busca crear un ordenamiento jurídico para regular la función del estado para preservar la seguridad interior, establece las bases, procedimientos y modalidades de coordinación entre los poderes de la unión, las entidades federativas y los municipios, amplía la definición de seguridad interior como la condición del Estado que permite salvaguardar la continuidad de sus instituciones y el desarrollo nacional.

 
Incorpora los principios de racionalidad, oportunidad, proporcionalidad, temporalidad, subsidiariedad y gradualidad a los temas de seguridad interior, se atribuye al ejecutivo federal la aplicación de la ley, por conducto de la secretaria de gobernación, con la participación de las dependencias y entidades de la administración pública federal y las fuerzas armadas, en coordinación con los demás órdenes de gobierno y establece la intervención progresiva y gradual del gobierno federal, primero con la participación de las autoridades y fuerzas de seguridad y, cuando éstas sean insuficientes se dará la intervención a las Fuerzas Armadas, como último recurso del poder nacional.

 

 

Y la tercera presentada por el Diputado Manuel Espino del grupo parlamentario de Movimiento Ciudadano, con la que se busca dotar al Estado de una legislación que tenga como eje de la seguridad nacional a la seguridad humana, por ser ésta una condición necesaria para la protección de las personas, propone una conceptualización precisa de seguridad nacional, considera como amenazas de ella a los desastres naturales, el cambio climático, las pandemias y narcotráfico, entre otras, y propone modificaciones al consejo de seguridad nacional para que se integren todas las secretarías de estado, a fin de que participen en la tarea de salvaguardar la seguridad humana.

 
Ninguna contiene diferencias insalvables, y todas se encaminan a dar certeza jurídica a la participación de las fuerzas armadas del país en la protección de los ciudadanos. El tema debe ser abordado en este periodo ordinario. El congreso mexicano está en deuda con nuestras fuerzas armadas.

 

 

UN LIBRO

 
Sobreviviendo a Pablo Escobar, un libro que narra las experiencias en las prisiones Colombianas de Jhon Jairo Velazquez Vazquez, alias “Popeye”, sicario del cártel de Medellín, y amigo muy cercano del capo.

 
En sus páginas se detallan las crueldades de los integrantes de los diferentes cárteles de ese país, así como la increíble corrupción de su sistema penitenciario.

 

 

“Uno es esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla”, conclusión que junto con ser “manso como paloma y astuto como serpiente”, afirma que le permitieron sobrevivir 23 años y 3 meses en las cárceles donde fue recluido. Expone el proyecto de readaptación social de la que Jhon Jairo se benefició.