-A ver, ¿por qué no has dicho nada de Ismael Hernández y de Roberto Borge?, ¿por qué no dices nada sobre la Casa Blanca, sobre las televisiones, sobre los Moreira…? Tú mismo te llevaste un millón de pesos que no te correspondían. Si tienes dignidad, devuelve ese millón 206 mil pesos…–, retaba Ricardo Anaya.

 

-Lo tuyo es doble moral… ¿Por qué has tardado un año en actuar contra Guillermo Padrés?, ¿qué vas a hacer con los moches?, ¿qué hay de Miguel Ángel Yunes?–, reviraba a su vez Enrique Ochoa.

 

-Y tú, ayer mismo estuviste con los Moreira…, fuiste a darles el espaldarazo. No vas a hacer nada contra ellos porque a uno le deben la elección pasada (de Enrique Peña Nieto) y al otro, la próxima elección…–, volvía el dirigente de Acción Nacional.

 

-Y tú qué dices, en un año no has podido hacer nada contra los corruptos en tu partido; ni tampoco hicieron nada en los dos sexenios que gobernaron el país. A ver, ¿dónde están los presos?–, arremetía el presidente del PRI.

 

Anaya y Ochoa parecían estar en un concurso para ver quién tiene más actos de corrupción y qué han hecho al respecto, como bien apuntaría Alejandra Barrales, durante el debate auspiciado en Despierta, con Carlos Loret de Mola.

 

Pero igual la dirigente perredista se llevaría sus catorrazos por parte de Ochoa (el panista no la tocaría en absoluto), pues el de Michoacán sacaría a relucir una declaración de Agustín Basave, en la que confesaba: “Intenté expulsar a los corruptos, pero no me dejaron”.

 

Y ya no se diga los apuntes sobre (José Luis) Abarca, el ex presidente municipal de Iguala; o sobre Ángel Aguirre Rivero, ex gobernador de Guerrero.

 

Pero Barrales se defendería bien. Asestaría el primer puñetazo a Ochoa, que presumía de ser el único partido que ha suspendido sus derechos partidistas a un gobernador en funciones, el veracruzano Javier Duarte. La del PRD soltaría:

 

-El castigo no es expulsarlos (a los corruptos) del partido. No ser priista hoy no es un castigo, ¡es un premio, es una virtud…!

 

Y Anaya apuntalaría:

 

-Es cierto, quitar la militancia no basta. ¡Que devuelvan el dinero y que vayan a la cárcel!

 

Se entretuvieron, pues, tirándose porquería los dirigentes de los tres partidos con mayor votación a nivel nacional.

 

 

Matan a fotógrafa canadiense .- Esta tierra maya, que se precia de ser la segunda entidad más pacífica del país, acaba de ser escenario del crimen de la fotógrafa canadiense, de 74 años de edad, Barbara McClatchie Andrews.

 

Su cuerpo fue encontrado sin vida el viernes pasado, a un costado de la carretera Mérida-Valladolid, en Yucatán.

 

Según el fiscal del estado, Ariel Aldecua, la fotógrafa –quien publicaba en la revista National Geographic– había contratado a un chofer que la llevara de Cancún a Mérida, donde ella residía. El conductor la habría asesinado para robarle.