En seis años, 15 millones de mexicanos se sumaron a las filas de la pobreza debido a la precarización del ingreso proveniente del trabajo, una tendencia que tuvo mayores impactos en las zonas urbanas del país.

 

De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), hoy 61.4 millones de personas en el país carecen de ingresos suficientes para cubrir sus necesidades de vivienda, vestimenta y transporte, además de padecer carencia alimentaria.

 

La disminución en el ingreso, sumada a la falta de empleo y la informalidad fueron los principales factores por los que un millón de mexicanos en zonas metropolitanas del país se sumaron a las filas de la pobreza entre 2010 y 2012; mientras que en las zonas rurales el número de personas con algún grado de carencia disminuyó en 500 mil debido a la entrega de diversos apoyos y programas gubernamentales.

 

De acuerdo con especialistas, el retroceso en los ingresos de las familias y que los programas sociales no sean suficientemente fuertes han sido factores para que no se pueda detener el avance de la pobreza en el país.

 

Tras la presentación del informe, en julio de 2013, el secretario ejecutivo del Coneval, Gonzalo Hernández Licona, aseveró que la pobreza en el país no se va a solucionar sólo con programas sociales, ya que se trata de un tema económico, por lo que depende de que haya un mejor desempeño de la economía que se traduzca en mayores empleos formales y salarios mejor remunerados.

 

El incremento de la pobreza urbana es el argumento utilizado por el actual gobierno para la intervención de la Cruzada Nacional contra el Hambre en ciudades de México, Puebla y otras capitales del país.

 

Para José Luis de la Cruz Gallegos, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), del Tec de Monterrey, el problema radica en que el país no cumplido la recomendación de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en el sentido de fijar los salarios mínimos en función de eliminar la pobreza y para asegurar la satisfacción de las necesidades de todos los trabajadores y de sus familias, y no como mecanismo para controlar la inflación.

 

“Si no se logra la recuperación salarial no sólo la pobreza seguirá avanzando, sino que la inequidad también crecerá en la medida que se incremente la diferencia de ingresos entre mexicanos. Esto repercutirá también en que el mercado interno no crezca y, por ende, en que las empresas no tengan viabilidad de negocios al no haber en la población capacidad de ingreso que les permita adquirir productos y servicios”, dijo el académico a 24 HORAS.

 

El especialista añadió que durante los primeros meses de este año, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) registró un aumento en la precarización laboral, lo que significó una merma en el poder adquisitivo de los mexicanos.

 

“De continuar esta situación en el país habrá de manera irremediable una elevación de la pobreza, la cual sólo va a ser balanceada por los programa s del gobierno, pero si no se busca una solución no va a existir el recurso económico para poder abatir los niveles de pobreza. La generación de riqueza y una economía sana dependen del ingreso laboral de las personas, por lo que debe garantizarse que la economía funcione y genere empleos bien remunerados”, concluyó el académico.

 

Datos

 

1 millón de habitantes en las zonas metropolitanas del país se sumaron a la pobreza entre 2010 y 2012, debido, principalmente, a la precarización del salario, además de otros factores como la informalidad y el desempleo

 

 

5.5% se incrementó el valor mensual de la canasta alimentaria urbana entre julio de 2013 y el mismo mes de este año, al pasar de 1,167 pesos a 1,231 pesos

 

 

4.2% aumentó el valor mensual de la canasta alimentaria rural en el mismo lapso, de 825 pesos a 860 pesos

 

 

6.7 millones de mexicanos (15% de la población ocupada) perciben un salario mínimo al mes, que equivale a 1, 615 pesos