De que en la elección de Alejandra Barrales como presidenta del PRD se le dio un sonoro portazo a la posibilidad de una alianza con Morena, no cabe duda.

 

De hecho, la condición que impusieron los Chuchos para obsequiarle su apoyo a la ex secretaria de Educación del gobierno de la Ciudad de México fue –dicho de una manera suave para los términos públicos– “que no descalificara las alianzas con el PAN”.

 

Pero a puertas cerradas quedó claro el acuerdo de no ir con Andrés Manuel López Obrador en las próximas elecciones, ni en 2018.

 

Esta decisión le convenía a las principales partes:

 

-A Miguel Ángel Mancera, porque él quiere ser candidato presidencial y su principal contendiente, según su propio equipo, es el tabasqueño. Así que tirarle desde ahora la posibilidad de que el PRD apoye al de Morena –y lo haga incluso su candidato presidencial– fue un alivio para Mancera.

 

-A los Chuchos, porque es más que sabido el rechazo y el desprecio que le tienen Jesús Ortega y su grupo a López Obrador. Obstaculizarle el posible triunfo de la Presidencia de la República en 2018 es, para ellos, la mejor de las venganzas.

 

-A los de ADN porque les conviene. Héctor Bautista y sus huestes, lo mismo le hacen así un servicio –canonjías de por medio– a los priistas que a los panistas. Ninguno de ellos quiere que gane AMLO.

 

Y de eso se trataba en esta elección, aun cuando el periodo que ejercerá contempla apenas hasta octubre de 2017 (fecha a partir de la cual habría de definir al candidato a la Presidencia de la República).

 

Pero, por lo pronto, las alianzas que considere el PRD tanto para 2017 como para 2018 serán con Acción Nacional. Ése fue el acuerdo central que tuvo como telón de fondo la elección de Barrales en el Consejo Nacional perredista el sábado pasado.

 

Otras negociaciones.- Antes de pasar otros de los acuerdos tras bambalinas, anotemos algo importante: Mancera se hizo de la cabeza del PRD, pero no del partido.

 

Valga subrayar el hecho porque Nueva Izquierda (NI) mantiene la secretaría general con Beatriz Mojica y desde ahí se lleva la operación diaria del partido. Además de que Barrales, si bien representa los intereses manceristas, es también cercana a NI. Recordemos tan sólo que la ex dirigente sindical entró al Pacto por México representando a los Chuchos.

 

A notar también, que todos los grupos se quedaron con sus carteras. No cambia el equilibrio de fuerzas. NI mantiene mayoría en el Comité Nacional y preserva la secretaría.

 

Hay versiones también de que NI habría negociado la presidencia del PRD en el DF. No lo tenemos confirmado. Lo que sí quedó claro es que a los mexiquenses de ADN le darán la secretaría general del Sol Azteca capitalino. Hecho que llama la atención, pues no tienen ninguna fuerza real en la CDMX.

 

En cuanto a los cargos con que pagará Mancera el apoyo a su candidata, está de entrada la propia posición que deja Barrales (la Secretaría de Educación).

 

Gemas: obsequio del senador Miguel Barbosa: “Con la llegada de @Ale_BarralesM a la presidencia del @PRDMexico avanza la amenaza de volver al PRD el Partido Verde del PAN”.