VIENA. Europa respira tras salvar el primer asalto de una larga sucesión de elecciones con la amenaza del populismo de ultraderecha. La victoria del ecologista Alexander Van der Bellen en las elecciones presidenciales de en Austria interrumpió la ola de recientes éxitos del populismo en el mundo occidental.

 
Van der Bellen, un profesor universitario de 72 años, progresista e intelectual y que conecta mal con una gran parte de la población, logró mejorar con mucho sus resultados del pasado mayo, cuando ganó por la mínima unos comicios que fueron impugnados por su rival Norbert Hofer y su partido, el eurocrítico y xenófobo FPÖ.

Si entonces Van der Bellen ganó con apenas 0.6 puntos de ventaja y 31 mil papeletas (en un país con 1.4 millones de votantes), en esta repetición su margen de victoria, a la espera de que hoy se den los datos definitivos incluyendo el voto por correo, rondará los siete puntos porcentuales.

Detrás el 53,3 % de votos logrado por Van der Bellen está principalmente el temor de muchos austríacos a un Hofer que durante la campaña jugó ambiguamente con la idea de un referéndum sobre la permanencia de Austria en la Unión Europea.

La llegada de refugiados de Oriente Medio a Austria, 90 mil en 2015 y ya casi 40 mil este año, también ha sido usado por Hofer para alimentar el miedo al terrorismo y la potencial islamización de la sociedad.

Lo cierto es que la elección del jefe del Estado de Austria, un cargo protocolario en un pequeño país de la UE, llevaba semanas siendo analizada como el nuevo campo de batalla del nacionalismo, tras los éxitos del Brexit y del republicano Donald Trump en EU.

El candidato ultraderechista anunció que volverá a presentarse a las presidenciales de 2022 e incluso auguró que “el Gobierno (formado por socialdemócratas y democristianos) no va a aguantar mucho más”. Agencias

 

Hofer era favorito

 

Las presidenciales austríacas tuvieron que ser repetidas hoy después de que Hofer y el ultranacionalista Partido Liberal de Austria (FPÖ) impugnaran en mayo los comicios, ganados por una diferencia mínima por Van der Bellen. El Tribunal Constitucional austríaco invalidó esas elecciones y ordenó una repetición por haber registrado irregularidades formales en el recuento del voto por correo.