El blindaje de las puertas de las cabinas de los pilotos de las aeronaves fue una de las primeras medidas de seguridad adoptadas tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001; más de una década después, la conmoción por la catástrofe del Airbus A320 en los Alpes franceses generó como reacción inmediata la obligación de que en todo momento se encuentren cuando menos dos personas en la cabina.

 

Tras el desplome del avión de Germanwings, filial de Lufthansa, en apariencia provocado de manera deliberada por el copiloto, provocó que aerolíneas y autoridades regulatorias en todo el mundo establecieran como medida inmediata la obligación de que en todo momento se encuentren cuando menos dos personas autorizadas y entrenadas dentro de la cabina de pilotos. A partir de hoy esta medida también está vigente en México.

 

Desde el viernes pasado, en medio de las investigaciones de la tragedia en la zona de Los Alpes franceses, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA) emitió una “recomendación provisional” a las autoridades nacionales y a las aerolíneas para que siempre haya “al menos dos personas autorizadas” en las cabinas de vuelo.

 

Este lunes, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dio a conocer las disposiciones adoptadas conjuntamente con la Dirección General de Aeronáutica Civil, de los Servicios a la Navegación en el Espacio Aéreo Mexicano (Seneam) y del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM) para aumentar la seguridad durante los vuelos, y en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, además del control del tráfico aéreo.

 

De acuerdo con esta nueva disposición, cuando alguno de los pilotos deba salir de la cabina, el comandante de la aeronave designará a un tripulante sobrecargo para pasar a la cabina de pilotos y garantizar así que en todo momento la puerta pueda ser abierta para permitir el reingreso del piloto que salió.

 

Dicho sobrecargo deberá estar familiarizado con el cierre y apertura de la puerta, y no podrá bajo ninguna circunstancia ocupar los asientos de los pilotos. El procedimiento consiste en que antes de que uno de los pilotos abandone su asiento, el piloto automático debe estar activado y las mascarillas de oxígeno de la cabina de pilotos deben estar listas para su uso.

 

Además, antes de que el piloto salga de la cabina seguirá los pasos para garantizar que el área delantera de la cabina del avión esté libre de pasajeros y que, de ser el caso, la cortina plegable esté cerrada, precisaron las autoridades mexicana.

 

Esta es una medida de fortalecimiento de la seguridad operacional para garantizar que en todo momento en aquellas aeronaves que cuentan con puertas de cabina de pilotos blindadas o reforzadas, exista una persona que pueda ayudarle al piloto que se encuentre en los controles dentro de la cabina a abrir la puerta en todo momento.

 

Las enseñanzas de 2001

 

Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001 aumentaron las medidas de seguridad en las puertas de las cabinas de los pilotos de un avión, para evitar que pudieran entrar personas no autorizadas. Las puertas incluso resisten los disparos y sólo pueden ser abiertas por la tripulación con un código determinado, aunque cada aerolínea cuenta con especificaciones propias.

 

En algunos casos, para acceder se requiere el tecleo de un código de uso interno que produce un zumbido intenso en cabina tras el que esta se puede abrir o bloquear desde el interior. Existe un segundo código de llamada de emergencia que incluso permitiría desbloquearla en el caso de que el piloto o pilotos estén inconscientes como caso extremo. Además de estos dos procedimientos, hay un interfono para comunicación entre la cabina de pasaje y la de mando, que tiene una señal sonora fuerte.

 

Sin embargo, en caso de amenaza, los pilotos pueden bloquear la puerta aunque desde afuera se ingrese el código correcto.

 

Frente a este escenario, la Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA), con sede en Colonia, aconsejó a los operadores evaluar las medidas de seguridad en caso de que uno de los ocupantes de la cabina la abandone “por necesidades operativas o fisiológicas durante las fases no críticas del vuelo”, es decir, fuera del aterrizaje o el despegue.

 

Países como Austria y Portugal instauraron la norma de forma inmediata, aunque el gesto más simbólico lo realizó la compañía Lutfhansa, matriz de Germanwings, que anunció la semana pasada la adopción de esa regla lo antes posible.

 

Esta norma se aplica ya de forma regular en vuelos intercontinentales o en otras regiones del mundo como Estados Unidos, pero hasta ahora no se hacía de forma generalizada en el espacio aéreo europeo.