¿Raúl Jiménez a la Super Liga china? ¿Jonathan Dos Santos se reencontrará con su hermano Gio en la Major League Soccer? ¿Andrés Guardado será el primer jugador franquicia del Atlanta United? Nos resistimos airadamente a ver emigrar el talento mexicano a torneos con niveles inferiores, aunque nos olvidamos de que es derecho del futbolista jugar donde se le pague mejor y garantice en términos económicos su futuro.

 

Claro, el dinero no lo es todo y partimos de la premisa de que todavía menos en el caso de deportistas que ya tienen su vida asegurada. Eso nos lleva a pensar que Gio se equivocó al dejar España rumbo a Los Ángeles; que tras Benfica, Jiménez debería salir sólo para ir a un certamen europeo de mayor calidad; que Jona ha de aferrarse a un vistoso Villarreal en el que desempeña un rol medular y crece a cada semana; que Guardado necesita seguir al menos otros dos años, de aquí al Mundial de Rusia, en el PSV que tanto le valora y adora.

 

En términos meramente futbolísticos, eso esperamos; porque la Selección mexicana los necesita exigidos, desafiados por los mejores del planeta, plenos en el ritmo sólo imperante en los principales torneos del Viejo Continente; porque nuestro futbol, con tantos problemas para desarrollar, consolidar y exportar talentos, los requiere como bandera y confirmación; porque nuestra juventud los ha de identificar como modelos a seguir, como muchachos que lograron medirse contra los mejores, perpetuarse en la élite y ser competitivos.

 

Eso nos lleva al caso de Hirving Lozano, el fabuloso ofensivo del Pachuca, presumiblemente deseado por el Ajax. Está claro, la entidad de Ámsterdam tiene mucho tiempo sin pertenecer a la cima europea y, como todo el futbol holandés, se ha rezagado. No obstante, continúa siendo junto con Portugal, puerto idóneo de primera escala. Ahí terminaron de consumarse Luis Suárez y Zlatan Ibrahimovic, exportados después a Inglaterra e Italia por el triple del traspaso antes pagado; algo similar en años previos con Romario y Ronaldo, los dos transferidos del PSV al Barcelona.

 

A sus 21 años, Lozano posee un elevado margen de crecimiento que no explotará de igual forma de quedarse en México, sin la salida de confort, sin otra metodología, sin la demanda física. Una liga como la holandesa podría ser idónea para ayudarle a hallar su mejor versión y entonces sí brincar a más reputada competición.

 

El problema en este caso puede ser del propietario del futbolista. Como pocos equipos en México, el Pachuca no requiere dinero ni depende de sacar plusvalía a sus contrataciones. Su derecho, como el de Jona de elegir al Galaxy o el de Jiménez de marcharse a China, es retenerlo y ganar con él títulos; finalmente, para eso está el contrato que le une al delantero.

 

Por el bien del futbol mexicano quisiéramos que nuestros pocos cracks actúen en el mejor lugar. Ni MLS, ni China ni siquiera mantenerse en la Liga MX. Luego está su decisión, luego está lo que su club considere.

 

Dicho todo eso a sabiendas de que Jiménez tiene nivel para estar en las mejores ligas de Europa, de que parecería absurdo que Jona dejara el club en el que por fin es estelar en España, de que la permanencia de Lozano en México, más allá de este verano, luce contraproducente para su desarrollo.

 

Twitter/albertolati

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.