El pasado 22 de noviembre Mexichem, la empresa de productos químicos y petroquímicos más exitosa del país propiedad de Antonio del Valle, emitió un comunicado en el que dice “que derivado de las constantes postergaciones por parte de Petróleos Mexicanos para aprobar la coinversión en la cual Mexichem y Pemex formarían una nueva compañía que permitiría el eficiente uso de sus capacidades para producir monómero de cloruro de vinilo (VCM), ha decidido dar prioridad a su plan de integración vertical fuera de México. Mexichem continúa con su estrategia de crecimiento sólido y rentable a pesar de no contar con esta asociación cuya estructura público-privada lograría la modernización de la industria petroquímica en nuestro país y permitiría un verdadero crecimiento en este sector fundamental para la economía de México”.

 

El comunicado no regatea un ápice para mostrar la pérdida de paciencia y el enojo de Del Valle con una operación que por años estuvo construyendo sin resultados.

 

Casi siete meses antes durante una conversación que tuve con el empresario en su oficina de Paseo de la Reforma en la Ciudad de México, su enfado ya era evidente. “México no ha crecido…porque hay una ineficiencia en muchas áreas del gobierno que hacen que las empresas no puedan crecer. Pudimos haber invertido en México cientos de millones de dólares más que hemos tenido que invertir en el exterior por este tipo de cosas”. Y prosiguió: “Queremos hacer una asociación con Pemex y llevamos siete años discutiéndola, la aprueban en septiembre del año pasado y todavía no pasa el Consejo de Administración de Pemex. Es una burocracia, una serie de trabas. Así el país no puede crecer…en el caso de Pemex nos está costando importar cientos de millones de dólares cada año en materias primas a nosotros y a Alfa, porque Pemex no surte correctamente, porque hay ineficiencia en sus fábricas, porque no les meten dinero. Y si una persona legalmente quiere asociarse con ellos surgen veinte mil cosas que la impiden. Ese es el problema. En realidad hay muchas cosas que se pueden hacer sin reformas, nada más que el gobierno quiera. Así no se puede trabajar bien. El país no crece no porque no haya crédito, sino porque hay una ineficiencia burocrática global”.

 

Por sus palabras sobra decir que don Antonio estaba furioso en aquella ocasión, furia que días después le costó un saludo frío de parte del presidente Felipe Calderón cuando ambos se encontraron durante la inauguración de la reunión anual de los banqueros a las puertas del salón de convenciones del hotel Princess de Acapulco.

 

Pero lo dicho -y la furia- allí quedaron, y el tiempo le ha dado la razón al empresario. Por razones ajenas una inversión de 200 millones de dólares en petroquímica ha quedado pendiente, como ocurrió con el proyecto del aeropuerto de la Ciudad de México, con el corredor de la tecnología en Tepoztlán, con la evaluación a los maestros de educación pública, con la construcción de trenes radiales y regionales en el país, etc, etc. El eterno etcétera de la inversión pendiente en México.

 

SÍGALE LA PISTA…

 

El actual Jefe de la Unidad de Planeación Económica, Miguel Messmacher Linartas, asumirá la subsecretaría de Ingresos de la secretaría de Hacienda con el gobierno que encabezará Enrique Peña Nieto a partir del próximo sábado 1 de diciembre.

 

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