El comportamiento de los mercados pudiera ser el inicio de un cambio en la percepción de lo que serán al menos los siguientes cuatro años de gobierno republicano en lo que respecta a su política interna y externa.

 

En octubre pasado, Donald Trump firmó una especie de contrato en el que se comprometería a realizar o definir 10 acciones en los primeros 100 días de su mandato en caso de ganar (que así fue).

 

Entre ellos, en el caso de México está la construcción del muro, que busca acabar con la inmigración irregular y que México lo pague. Puede ser a través de una contribución del propio gobierno, según lo que hemos leído o a través de un impuesto especial a las remesas que vienen desde Estados Unidos y que representan casi 95% de las remesas totales, que a septiembre ascienden a más de 20 mil millones de dólares.

 

También se encuentra la renegociación del Tratado de Libre Comercio de Norteamérica conocido como el NAFTA (en inglés), en el que Trump critica la pérdida de empleos desde hace 22 años hasta la fecha, y que en su mayoría ha generado que empresas americanas operen directa o indirectamente en México. Es el caso principal de compañías del sector automotriz como Ford, a las que también habló de imponerles tasas impositivas adicionales (escuchando del orden de 30%).

 

Se incluye a China, que con la devaluación “manipulada” del yuan está haciendo “estragos” a la economía americana y se muestra en el déficit comercial entre ambos países. Este tema pudiera ser “relevante”, ya que el yuan chino se ha depreciado 5.0% en lo que va de 2016, pero si lo evaluamos técnicamente, el rompimiento de 6.85 lo podría llevar de manera potencial a niveles arriba de 7.0 yuanes, y en caso extremo regresar a aquel nivel de 7.80 yuanes por el año 2000. Eso sí traería consigo una lucha de “proteccionismo” comercial y afectación mundial.

 

No se diga del acuerdo transpacífico conocido como el “TPP”, en el que el aún presidente Barack Obama trabajó unos años, pero no pudo sacarlo adelante por el Congreso. Es un acuerdo entre 11 países de la cuenca del Pacífico. Ahí podría perder competitividad en caso de que las demás naciones lo firmaran.

 

Se encuentra la posible anulación a los acuerdos del presidente Obama en materia de inmigración, la prohibición de la entrada de refugiados como los procedentes de países como Siria; también cancelar fondos de lucha contra el cambio climático y reorientarlos a proyectos dentro de Estados Unidos, así como buscar aprobar una ley para reducir impuestos a la clase media, en la que llevaría a un incremento en el nivel de consumo, un crecimiento de la economía de 4.0% y una creación de 25 millones de empleos (…)

 

Representan así posiciones muy controvertidas, en las que seguramente a la hora de llevarlas a cabo podrían tener muchas limitantes y, sobre todo, el Congreso tomará un papel “relevante” en los avances y definiciones de lo que será Estados Unidos en los siguientes cuatro años.

 

En materia de mercados, el peso alcanzó niveles de 20.80 en espera de la reunión y decisión del Banxico, que podría intentar estabilizar “temporalmente” al peso si aumenta las tasas de interés de 50 a 100 puntos base. Sin embargo, los puntos expuestos arriba muestran una etapa que podría volverse “ríspida” y no sólo con México, sino con países como China, en donde hablamos de las dos naciones más grandes e importantes hoy en día.

 

El mercado accionario mexicano sufriendo los “estragos” de la intención de revisar el TLC y el “innombrable” muro que quiere construir a lo largo de la frontera, además de un cambio en las perspectivas de las tasas de interés en Estados Unidos ante una expectativa de crecimiento apalancado. El mercado tiene aún potencial de baja.