La instrucción a la bancada del PAN en la Cámara de Diputados llegó directamente de la oficina de Ricardo Anaya:
“Hagan todo lo que se debe de hacer para que no tome protesta (Enrique) Tarín…”, fue la indicación.
Orden tan tajante, mostraba claramente el enojo de su dirigente nacional.

 

Y es que Anaya estaba furioso por dos razones: los ataques contra Javier Corral y contra Josefina Vázquez Mota. Golpes, ambos, que le atribuía al Gobierno federal.

 

Desde su perspectiva, los priistas –al soltar lo que aparentemente parecía un golpe prematuro contra Josefina- lo que intentaron fue “meterle miedo” para ver si así lograban que la ex aspirante presidencial se “bajaba” y no registraba, ante el Instituto Electoral, su candidatura al Gobierno del Estado de México.

 

Pero si bien ahora la van librando, saben que vendrán más ataques, porque la intención del PRI –aseguran- es procurar que la elección se polarice y que en la recta final se encuentren solamente el PRI y Morena. Es decir, Alfredo del Mazo y Delfina Gómez.

 

Según su información, la apuesta del tricolor estaría no sólo en su capacidad de organización y movilización en el Estado, sino en “captar” el “voto útil”, el voto de los panistas –que quedarían huérfanos si desfondan a Josefina- para Del Mazo.

 

Por esta “lectura” de la situación es que la dirigencia blanquiazul reaccionó de inmediato “acuerpando” de nueva cuenta a Vázquez Mota y evitando –no vaya a ser- que le tiemblen las piernas y les tire el harpa.

 

Y para responder la andanada que -según sus informes- ha dirigido el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, en contra de Corral, su gobernador en Chihuahua, qué mejor carta para responder que bloquear la toma de protesta del chihuahuense Enrique Tarín García como diputado federal, en suplencia del priista Carlos Hermosillo, fallecido la semana pasada en un accidente.

 

MAL JUGADO POR TARÍN.- Como sabemos, el priista Antonio Enrique Tarín García, quien fue director de Adquisiciones en el gobierno de César Duarte Jáquez –hoy declarado prófugo-, no logró rendir protesta como diputado federal en la sesión del martes pasado en la Cámara de Diputados.

 

Hasta donde se sabe ahora, había una orden de aprehensión en contra del chihuahuense (aunque él afirma no haber tenido conocimiento de ello).

 

¿Pero qué pudo haber hecho Tarín en lugar del bochornoso atrincheramiento en San Lázaro en espera de un amparo?

 

Según conocedores del nuevo sistema penal, Tarín pudo haberse presentado a la audiencia tranquilamente para ser notificado, en todo caso, del inicio –o no- del procedimiento formal en su contra.

 

Como el peculado no es delito grave, no va a la cárcel. Sería como el caso del ex gobernador de Nuevo León, Rodrigo Medina. Seguiría su proceso en libertad. Eso, en el peor de los casos…
Pero igual pudo haberse presentado a declarar y acusar a los panistas de lanzar una persecución política en su contra. Habría revertido la jugada al blanquiazul. Pero se metió en el peor de los mundos.

 

Y aunque logró el amparo, el descrédito, cuando menos, ya no se lo quita.

 

GEMAS. Obsequio de la encuesta GEA-ISA: “63% de los ciudadanos no le creen al Presidente ‘nada’”.