Un homicidio sin castigo, una emergencia no atendida, un asaltante no detenido, la tercera parte de una colonia sin supervisión, son la consecuencia de que una patrulla deje de funcionar en el Distrito Federal.

 

Si el escenario se presenta 15 veces en una semana, 60 en un mes y más de 700 en el año, “nos acabaría, sería un colapso”, reconoce el secretario de Seguridad Pública del Distrito Federal, Jesús Rodríguez Almeida.

 

Y es que en la ciudad, 15 patrullas se averían en una semana. La policía capitalina encontró la fórmula para evitar que la ciudadanía se quede sin vigilancia: la renta de patrullas.

 

En el 2010 la SSPDF pagó en promedio, más de un millón de pesos por cada una de las mil patrullas que rentó por tres años, precio que fue criticado por triplicar el valor real del vehículo con su equipo.  Pese a ello, este año volverá a hacer lo mismo, rentará 500 patrullas más.

 

Para el jefe de la policía el gasto, aunque elevado, es justificado, pues el arrendamiento de estos vehículos garantiza que siempre se tendrán patrullas disponibles, incluso para sustituir alguna que resulte dañada.

 

“La seguridad cuesta”, sentencia en entrevista con 24 HORAS, al tiempo que revela un dato: a la semana, chocan en promedio de 10 a 15 patrullas en las calles de la ciudad, con daños que requieren reparaciones en el taller.

 

Una patrulla es operada por dos policías en cada turno, es decir, seis uniformados al día. Su radio de cobertura varía, pero en promedio es un perímetro de cinco calles, o la tercera parte de una colonia. Las unidades funcionan 24 horas forma ininterrumpida, todos los días del año.

 

Si una de estas unidades falta, no se puede vigilar un sector de la ciudad y afecta también la posibilidad de reacción en caso de que haya que apoyar en alguna zona aledaña, o dar seguimiento a un suceso en desarrollo.

 

“Pérdida de atención, cobertura y respuesta”, señala el jefe de la policía capitalina.

 

Almeida explica con la renta de patrullas la empresa que da el servicio se compromete a entregar otro vehículo en sustitución del que tenga que ser reparado. Además garantiza su mantenimiento correctivo durante todo el periodo.

 

Esto no sucede con las patrullas que se compran con recursos federales, pues mantenimiento y reparaciones del vehículo  tienen que ser cubiertos por la SSPDF después de que se entrega el vehículo comprado. Es el caso de las poco más de 300 unidades presentadas en agosto pasado.

 

“Hay una pérdida incalculable por el costo de la inseguridad a la ciudadanía con la adquisición; con lo que podría suceder si una patrulla no está lista. En el arrendamiento no. Está asegurado que de inmediato te la dan. Imagina que no atendamos todo lo que nos pide la ciudadanía en las 16 delegaciones”, subrayó.

 

Con la nueva licitación de 500 patrullas rentadas, que se espera sean entregadas antes del 4 de diciembre, más las que se han adquirido con otros esquemas, la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal (SSPDF) cerrará el 2013 con un parque de casi 6  mil vehículos, incluyendo motocicletas.

 

Sin embargo, para el 2014 se esperan nuevos problemas.

 

Dos mil patrullas en riesgo

 

El 1 de enero del 2014 se acaba el contrato de más de mil millones de pesos que la SSPDF firmó en el 2010 con Grupo Inbursa para el arrendamiento por tres años de mil patrullas y mil motocicletas. Las unidades tienen que regresarse porque no hay opción a compra.

 

Pero Almeida reveló a este diario que se consiguió una prórroga de seis meses para que las patrullas continúen operando mientras se define qué alternativa se tomará, pues subrayó que la ciudad no puede quedarse sin dos mil vehículos, casi la tercera parte de la flota.

 

Ninguna de las patrullas de la policía capitalina tiene dispositivo de geolocalización (GPS) en la carrocería. El único dispositivo que tienen es el que trae integrado el radio instalado en la parte frontal, pero que puede ser apagado.

 

“Se trata de algo caro, no hay los recursos. Vamos a proponer un presupuesto para el año que viene en este sentido y poder contar con los GPS y no depender de los que están en los radios y que los apaguen”, dijo Almeida.

 

En casos como el del secuestro ocurrido en la colonia Narvarte en septiembre, donde participaron uniformados, éstos impidieron su rastreo apagando los radios y anulando así el seguimiento GPS.

 

Respecto a las cámaras dentro de las patrullas, el jefe de la policía capitalina indicó que se continuarán instalando algunas de forma aleatoria. Pues no hay recursos para hacerlo en todas.

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