Tras 10 años de investigar los procesos de producción y la cultura en torno a la sal, el antropólogo Blas Castellón Huerta escribió “Cuando la sal era una joya. Antropología, arqueología y tecnología de la sal durante el Posclásico, en Zapotitlán Salinas, Puebla“, un libro que describe cómo este elemento era vista como símbolo de poder en la época prehispánica.

 

De acuerdo con el libro, que será presentada el 14 de junio en el Museo Nacional de Culturas Populares (MNCP), los antiguos pobladores de Mesoamérica veían la sal como algo más que un complemento alimenticio, como un símbolo de poder político e intercambio económico.

 

En declaraciones al Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Castellón señaló que la investigación surgió a partir de un proyecto doctoral en el sitio arqueológico de Cuthá, en el sur de Puebla, el cual le llevó 10 años de trabajo.

 

“Desde que inicié el trabajo en el yacimiento en lo alto del Cerro de la Máscara, llamaba mi atención cómo los pobladores de Zapotitlán de Salinas movían el agua para que la sal cuajara en los grandes patios, así, poco a poco me fui involucrando en su producción”, dijo.

 

Recordó que en Zapotitlán no había mucha producción agrícola, ya que es un sitio desértico, por lo que sus pobladores se servían de la sal para obtener productos naturales y manufacturados a través del intercambio.

 

En el volumen, editado por el INAH, Castellón aborda el periodo Posclásico (900 al 1521 d.C.)., donde la sal, dijo, “se convirtió en un bien de prestigio que se entregaba como tributo, como regalo en alianzas matrimoniales y como elemento de tipo medicinal y ritual, no necesariamente para consumo”.

 

Hizo énfasis en la época anterior a la conquista, en la que los antiguos pobladores de Zapotitlán de las Salinas utilizaban una gran cantidad de moldes de cerámica para producir bloques de sal, dato que se corroboró con la gran cantidad de tiestos localizados en el lugar.

 

Además de que con la conquista española —prosiguió el investigador— se dio un cambio tecnológico, pues los europeos necesitaban la sal en grandes cantidades para el ganado y la separación o beneficio de la plata en las minas de Taxco y Pachuca.

 

El investigador también planteó una serie de ritos en los que se utilizaba la sustancia en épocas antiguas y su función como elemento medicinal que perdura hasta la actualidad.

 

“Cuando la sal era una joya. Antropología, arqueología y tecnología de la sal durante el Posclásico en Zapotitlán Salinas, Puebla” se presentará el 14 de junio, en el Museo Nacional de Culturas Populares, ubicado en la Delegación Coyoacán.

 

aarl