Quien los hubiera visto y escuchado ayer a media mañana, seguro habría pensado que los perredistas aún son los amos y señores de la Ciudad de México. Porque a decir verdad, así se comportan.
De entrada, las huestes del PRD “tomaron” la pasarela de Donceles por donde habrían de cruzar los 16 nuevos delegados –desde el Eje Lázaro Cárdenas hasta la Asamblea Legislativa– para rendir protesta.
En la primera parte del recorrido se alzaban enormes banderas amarillas del sol azteca, y en la segunda, puros seguidores de su representante en Iztapalapa, Dione Anguiano.
De los morenos, apenas hubo espacio para unos cuantos de sus seguidores a la altura del Senado. Y del PRI y el PAN, ni sus luces.
La escenografía, empero, poco tenía que ver con la transformación que se ha iniciado en el Distrito Federal, porque por vez primera en 18 años, el PRD perdió su hegemonía en la ciudad capital y vio desfilar, sonreír y desafiar sus gritos y sus siglas a diez delegados de otros partidos (los perredistas sólo mantuvieron seis).
Aunque su mayor afrenta la resentían de parte de los seguidores de Andrés Manuel López Obrador, muchos de los cuales abandonaron las filas perredistas para irse a Morena.
El caso es que por más que gritaron ¡perredé! ¡perredé!, y ondearon sus banderolas, la mayoría de los delegados que desfilaron ante ellos, nada –o ya nada– tenían que ver con ellos.
Al primero que vieron pasar fue a Ricardo Monreal, flamante delegado en la Cuauhtémoc y la principal apuesta de Morena para el gobierno del DF en 2018.
Luego, a más morenos: Pablo Moctezuma, de Azcapotzalco; Rigoberto Salgado, de Tláhuac; Avelino Méndez, Xochimilco; Claudia Sheinbaum, de Tlalpan (y de quien también se contempla la posibilidad de que compita por el GDF).
Vieron también cruzar (aunque pocos los reconocieron) a los priistas Miguel Ángel Salazar, de Cuajimalpa; Fernando Mercado, de Magdalena Contreras, Jorge Alvarado, de Milpa Alta.
Pero donde se desataron en serio (a ella sí que la reconocieron) fue cuando recorrió el camino Xóchitl Gálvez, de Miguel Hidalgo. Y por más fuerte que gritaban a su paso ¡perredé!, la hidalguense respondió con saludos y sonrisas.
Ya con el panista Christian von Roehrich, de Benito Juárez, no hubo mayor reacción.
Y por supuesto, vitorearon a los suyos: María Antonieta Hidalgo, de Álvaro Obregón; Valentín Maldonado, de Coyoacán; Víctor Hugo Lobo, de Gustavo A. Madero; Enrique Estrada, de Iztacalco; Israel Moreno, de Venustiano Carranza, y Anguiano, la iztapalapense de la porra.
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Saqueo de perredistas: El significado del cambio en el DF lograba notarse algo más dentro de la Asamblea Legislativa. Y no precisamente por quienes terminaron controlando espacios y comisiones, sino por expresiones de preocupación entre invitados del gobierno del DF y tarjetas que se intercambiaban en los pasillos del recinto.
Ahí se hablaba de la manera tan miserable como habían reaccionado algunos perredistas ante la derrota que sufrieron en su gran bastión, de los abusos y raterías que hicieron de último momento y del saqueo en distintas delegaciones.
A Monreal le reportaban: Se registra un incremento de 48.6 mdp en nómina del mes de mayo de 2015 respecto de la del mes anterior, abril de 2015. Se registran gastos por: productos alimenticios por 7.2 mdp; combustibles y lubricantes 69.9 mdp y servicios de vigilancia 65.7 mdp.
Y lo que acababan de encontrar: De un parque vehicular de 300 carros, 250 estaban frente a la delegación convertidos en chatarra, sin llantas ni nada. ¡Ah, pero eso sí, aún se reportan gastando gasolina!
Sheinbaum mostraba fotografía de cómo le habían entregado las oficinas de la delegación: ¡Completamente saqueadas! Sin teléfonos, sin escritorios, sin computadoras. Y eso no era lo peor. La entrega había sido de lo más desaseada y ni siquiera sabe si hay dinero en las arcas para concluir el año.
Eran los primeros apuntes del día. Pronto sabremos si el cambio en el DF termina también con la impunidad con que atracaron algunos de sus antecesores.
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GEMAS: Obsequio del subprocurador jurídico y de Asuntos Internacionales de la PGR, José Alberto Rodríguez, sobre la extradición de 13 narcotraficantes a Estados Unidos: “Esto no obedece a circunstancias de otros asuntos, llámese Joaquín Guzmán Loera o cualquier otro asunto”.