Una nueva droga de diseño -de la rama de las conocidas como “sales de baño”- apareció en el sur de Estados Unidos. Se le conoce como flakka y rápidamente cobra popularidad entre sus usuarios porque es barata y sus efectos delirantes son extremos.

 

De hecho, durante las últimas semanas las autoridades sanitarias de Estados Unidos la han asociado con hechos violentos ocurridos en el estado de Florida, donde un hombre se arrojó a una reja intentando huir de una alucinación producida por la sustancia.

 

Esta nueva droga tiene la peculiaridad de ser altamente adictiva y muy barata, se puede inyectar, fumar o aspirar y sus efectos son tanto estimulantes como alucinógenos pero de corta duración, lo que genera en sus usuarios el impulso de seguir consumiendo.

 

En sus efectos más extremos, los usuarios experimentan paranoia, agitación y delirio alucinatorio; algunos incluso muestran comportamiento psicótico y violento y se han reportado muertes en varios casos.

 

Es considerada una variación de las “sales de baño” drogas alucinógenas fabricadas a partir de catinona, un compuesto sintético que -de acuerdo con el Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas (NIH) del gobierno estadounidense- puede producir euforia y un aumento en la sociabilidad y el deseo sexual.

 

Esta nueva droga es en realidad la segunda generación del Alpha-PVP, un derivado de la catinona que ya tiene presencia en Europa. En Estados Unidos -de acuerdo con medios de aquel país- los narcomenudistas la llegan a vender hasta en cinco dólares la dosis; de acuerdo con el diario digital La Opinión, en la ciudad de Los Ángeles, una dosis de heroína mexicana puede costar hasta 8 dólares en las calles.

 

Flakka pertenece a la familia de las drogas de diseño o “research chemicals”, el mercado de consumo más creciente de acuerdo con la  Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC). Este tipo de drogas surgió como experimentos fallidos en los laboratorios de la industria formal: creadas originalmente para tratar enfermedades, pero desechadas por las empresas farmacéuticas debido a sus efectos secundarios.

 

En su Informe mundial sobre las drogas 2013, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtió con mucha preocupación que las drogas sintéticas o de diseño van ganando más espacios en el mercado: en 2009 había 166 nuevos tipos y para 2012 ya había 251.

 

Salen tan rápido, advirtió en su momento la ONU, que las pruebas toxicológicas ni siquiera las detectan y los diseñadores de estas drogas las pueden vender legalmente por internet, ofreciéndolas como “sales de baño”.