La historia detrás del fraude de Oceanografía tiene un personaje en común, Francisco Gil Díaz, ex secretario de Hacienda.

 

Él fue miembro del consejo de Banamex-Accival antes de que Vicente Fox lo nombrara parte de su gabinete en el año 2000, y consolidó una relación estrecha con Roberto Hernández, director de Banamex desde su privatización en el gobierno de Ernesto Zedillo hasta su renuncia en 2009.

 

Ya como secretario, Gil Díaz participó en la venta del banco mexicano al conglomerado estadunidense Citigroup, en una transacción por 12 mil 500 millones de dólares, en la que se dispensó el pago del impuesto sobre la renta –del orden de tres mil millones de dólares-. Esto ocurrió el 21 de mayo de 2001.

 

En esos años surgió a la luz pública la crisis económica de una empresa que sostenía contratos con Pemex desde 1996: Oceanografía, de Amado y Darío Yáñez Correa, Samuel Yáñez Chaparro, Alberto Duarte Martínez, así como Amado Omar y Carlos Daniel Yáñez Osuna.

 

Una comisión especial de la Cámara de Diputados, presidida por Martha Lucía Micher, estableció que en el año 2000 Oceanografía estaba virtualmente en quiebra, pues debía 21 millones de pesos en impuestos. Incluso, estuvo a punto de ser embargada por el Servicio de Administración Tributaria (SAT).

 

Documentos en poder de 24 HORAS señalan que un año después, el 20 de abril de 2001, cuando Francisco Gil Díaz ya fungía como titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, “se ordenó cancelar el embargo sobre los bienes”.

 

El adeudo fue condonado por el gobierno de Fox y a partir de ese momento la situación financiera de la empresa mejoró notablemente gracias a la asignación directa de contratos de Pemex, operación que a decir de la comisión legislativa, fue irregular.

 

24 HORAS buscó a Gil Díaz para que fijara una postura, pero al cierre de esta edición no se recibió contestación, a pesar de que Telefónica Movistar reiteró su interés por dar respuesta a la solicitud.

 

El nuevo millonario

 

La ingeniería financiera que sirvió de soporte para rescatar a Oceanografía corrió por cuenta de Martín Díaz Álvarez, primo cercanísimo del secretario, quien años después, en 2005, obtuvo 10% de las acciones de la firma, mientras que Amado Yáñez Osuna, dueño mayoritario, mantuvo 76%.

 

Entre 2002 y 2008, Oceanografía recibió 44 contratos por 24 mil millones de pesos. Es decir que la principal subsidiaria de Pemex continuó su relación con el gobierno federal durante la administración de Felipe Calderón e incluso entre 2011 y 2013 recibió otros 43 contratos por más de 11 mil 500 millones de pesos.

 

De Bancomext a Banamex

 

Oceanografía, en ese periodo, recibió créditos de Bancomext –parte de la estructura de Hacienda- y Banamex. En ambas dependencias hay un nombre en común:  Alonso Pascual García Tamés, quien fungía como director de Crédito Público en la SHCP cuando Gil Díaz era secretario. En sus funciones, García Tamés era parte de los consejos directivos de varias entidades como el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext).

 

Dicho banco de desarrollo autorizó un crédito millonario para financiar la operación de los contratos de Pemex; préstamo del cual, meses después, obtendrían recursos mediante el uso de supuestas facturas apócrifas.

 

De acuerdo con un artículo publicado en 2008 en la revista Contralínea, a Oceanografía le otorgaron 30 millones 306 mil 389 pesos y 25 millones 600 mil dólares; es decir, casi 25% de los préstamos del gobierno federal a través de la banca de desarrollo.

 

En 2011, García Tamés llegó a la dirección de Desarrollo y Valuación de Proyectos de Infraestructura para América Latina de Citigroup, matriz de Banamex, y actualmente bajo investigación por presuntos fraude y lavado de dinero en México y en Estados Unidos, debido a préstamos ilegales otorgados a Oceanografía.

 

Ex directores de Pemex

 

Los contratos otorgados a Oceanografía ocurrieron bajo la administración de tres distintos directores generales de Pemex durante los 12 años de gobiernos panistas, Raúl Muñoz Leos, Luis Ramírez Corzo (primero director de Pemex Exploración y luego titular de la paraestatal) y Juan José Suárez Coppel.

 

En entrevistas publicadas a finales del sexenio de Calderón, Muñoz Leos y Ramírez Corzo dijeron haber actuado bajo presiones de Martha Fox, esposa del ex presidente, pese a no estar convencidos de las bondades de trabajar con Oceanografía.

 

Sin embargo hoy Ramírez Corzo y Suárez Coppel forman parte de la empresa Oro Negro, de Gonzalo Gil White, hijo de Francisco Gil Díaz.

 

Los dueños de Oro negro

 

En su reciente publicación Privatización del Petróleo, el Robo del Siglo, el diputado federal, Ricardo Monreal, aporta una línea directa entre los ex funcionarios federales Francisco Gil Díaz y Luis Ramírez Corzo, –titulares de la SHCP y Pemex, respectivamente en la administración de Vicente Fox– quienes ahora mantienen negocios relativos a servicios petroleros.

 

Explica que a un cuarto de siglo de privatizaciones en torno a Pemex sobresale un “pequeño grupo de particulares beneficiados (…) un grupo de 30 súper ricos dueños del país, rodeados de islotes de clases medias emergentes, enmarcados ambos en un océano de pobreza, miseria y desigualdad”.

 

Detalla la creación de la empresa Integradora de Servicios Petroleros Oro Negro, prestadora de este tipo de servicios, misma que fue fundada por las empresas de inversión Axis, Ares y Temasek, vinculadas todas ellas a otros ex servidores públicos.

 

La firma Oro Negro la integran el ex director general de Pemex, Luis Ramírez Corzo, en calidad de presidente, y el hijo mayor del ex secretario de Hacienda, Francisco Gil Díaz, Gonzalo Gil White, así como el primo de éste, José Antonio Cañedo White. También es socio otro ex titular de Pemex, Juan José Suárez Coppel.

 

La empresa proveedora de servicios a Pemex, detalla Monreal Ávila, “es una sociedad empresarial formada por Axis, Ares Management —ambas de los Estados Unidos de América— y Temasak, con origen en Singapur”.

 

Por ello, el legislador insta al Congreso de la Unión a detener la reglamentación secundaria de la reforma energética, ya que junto a las empresas vinculadas directamente con la exploración y explotación de gas y petróleo, se han desarrollado otras compañías proveedoras de servicios colaterales de la industria petrolera.

 

“Cotemar, Protexa, Oceanografía y Oro Negro, ellas también saldrán beneficiadas con la aparición de nuevas empresas petroleras”, que se pretende con la reforma complementaria que aún está por emitir el presidente Enrique Peña Nieto.

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