La política ultraconservadora y guerrerista política del Primer Ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, finalmente llegará a su fin. El político ultraconservador que ha sido acusado de corrupción, malversación de fondos y abuso de confianza va a concluir. Con ello llega al gobierno israelí una nueva coalición de partidos que pueden dar un giro rumbo a la paz en la Palestina ocupada.

El cambio en las estructuras del poder político en Israel se originó en el Parlamento de Israel (Knéset). Ahí se designó al exlíder del Partido Laborista, Isaac Herzog, como nuevo presidente del país, en sustitución del actual mandatario, Reuven Rivlin (partido de derecha Likud). Pensemos que la política orquestada entre Washington y el gobierno sionista de Netanyahu pugnó que Israel continuara movilizando sus fronteras a costa del territorio del pueblo palestino. La Casa Blanca otorgó más de 3.8 mil millones de dólares anuales a Israel en asistencia militar. Lo que hacía ver y alentar una política neocolonizadora y desestabilizadora en Medio Oriente.

Así, en pleno siglo XXI el pueblo palestino ha figurado en el escenario regional y mundial como uno de los más vulnerables. Con la próxima salida del Primer Ministro Benjamín Netanyahu, sin duda la escalada intervencionista entrará en una mayor calma y posiblemente mucho más prolongada. Se puede pensar que el conflicto no alcance mayores proporciones que pongan en una mayor tensión a todo el planeta, todavía más agravado por la pandemia de la coronavirus. La débil esperanza que brinden los sectores pacifistas de Israel pueden presionar y vencer a la política de Netanyahu y con ello se retome en Medio Oriente el camino de la paz.

Sin embargo, también estamos frente a otro problema de una nueva escalada de un añejo conflicto en la región, como el que padece la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), frente a la también guerrerista, expansionista y colonizadora política de Marruecos, gobernada por una decadente monarquía. La misma ONU ha reconocido que el Sahara Occidental es un pendiente de su política de descolonización. Tema urgente de solucionar en beneficio de los legítimos derechos del pueblo saharaui para vivir en paz.

LEG