Se entiende que el INE no quiera o pueda ordenar la suspensión de las conferencias-campaña del presidente López Obrador por aquello del tema de la libertad de expresión.

 

Pero existen dos asuntos en los que una medida administrativa ordenada por el Consejo General podría generar equilibrios en una dispareja campaña en la que todas las autoridades de los tres niveles de gobierno tienen metida la mano.

 

Una de ellas sería una campaña nacional en la que se advierta que los programas sociales no son propiedad del gobierno, que son derechos constitucionales y que, gane quien gane, no desaparecerán.

 

Aparentemente, había una campaña en el sentido que saldría al aire el próximo 15 de abril, según anunció la propia Xóchitl Gálvez, pero ayer corrió la versión de que la campaña institucional del INE estaba grabada, saldría el 14 de este mes y no contemplaba el tema de los programas sociales.

 

Será hasta que salga dicha campaña cuando lo podamos comprobar, pero nada, nada le costaría al INE anunciar que sí habrá mensajes en ese sentido para que la población deje de ser extorsionada políticamente con la amenaza de que si no vota por el partido presidencial perderá sus apoyos sociales.

 

El otro tema tiene que ver con la prohibición del ingreso a la casilla de votación con teléfonos celulares.

 

Los líderes que controlan los programas sociales locales y/o federales (que si los hay, sobre todo en la provincia), además de los cárteles de la delincuencia organizada, coaccionan al ciudadano y le piden una foto de la boleta electoral para certificar que sí votaron por el candidato o candidata que les fue ordenado.

 

El INE puede impedir esta práctica, que también se aplicó en los tiempos del PRI y del PAN, pero que ahora tiene el plus de favorecer a los candidatos que, aunque se niegue, ha impuesto la delincuencia organizada.

 

No basta con que el INE se cubra diciendo que el proceso marcha en tiempo porque se instalarán casillas en todo el país o no faltará material electoral.

 

El árbitro de la contienda tiene material de sobra para sancionar a cientos, miles de funcionarios públicos que descaradamente se han pasado la legislación electoral por donde les ha parecido.

 

Ya que ha sido incapaz de hacer cumplir la ley y sanciones a quienes cotidianamente la violan, comenzando por el propio López Obrador, ¿qué le impide dictar medidas administrativas para medio emparejar el campo?

 

¿Qué le impide a Guadalupe Taddei asumir el papel histórico que le corresponde?

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Una de dos: o Xóchitl Gálvez no tiene asesores o si los tiene no confía en ellos y de plano los batea.

 

Parece increíble que, a esta altura de la campaña, la candidata opositora no mida las reacciones que producen sus dichos.

 

En lugar de ofrecer propuestas de gobierno, a la hidalguense se le va el tiempo en responder de botepronto cualquier dicho de la esquina contraria, sin medir las consecuencias de sus respuestas, que ya no causan la gracia que tuvieron hace meses.

 

Eso de que si “a los 60 años no has creado un patrimonio es porque eres muy güey’’, le generó críticas hasta de los propios seguidores por lo que tuvo que salir a aclarar que no quiso decir lo que todos escuchamos que dijo.

 

Como sea, la candidata tiene que recuperar el rumbo y el ritmo pues pareciera que aún no se repone de los saldos que le dejó en contra el primer debate.

 

       @adriantrejo