Luego del asesinato de la candidata a la presidencia municipal de Celaya, Bertha Gisela Gaytán, comenzó, como era de esperarse, el reparto de culpas.

 

¿De quién es la responsabilidad de garantizar la seguridad, no solo de un candidato, sino la de cualquier ciudadano?

 

Del gobierno en turno, ya sea federal, estatal o municipal.

 

Pero la tarea no recae, de ninguna manera, en los organismos electorales estatales (OPLES), que solo fungen como intermediarios.

 

Los candidatos solicitan protección a los OPLES, en los casos de elecciones locales, pero estos envían la solicitud a la autoridad estatal o federal que corresponda.

 

La candidata asesinada había solicitado tal protección que no le fue otorgada, pese a los riesgos denunciados por ella y su equipo.

 

Sin duda que la responsabilidad primera recae en el gobierno estatal, a cargo de Diego Sinhue Rodríguez Vallejo y quizá también en el gobierno municipal.

 

El gobernador panista no puede hacer cómo que no ve, cuando Celaya es uno de los municipios más violentos no del país, sino del mundo, sin que la situación haya mejorado en los años recientes.

 

Todo lo contrario.

 

Ahora Morena, montado en la ola que dejó el crimen, ha solicitado la protección federal al INE para 40 de sus candidatos en Guanajuato.

 

Curiosamente, aunque el homicidio de la candidata en Celaya ha sido el más mediático hasta el momento, también se han asesinado a candidatos de Morena en otros estados, como Guerrero, Chiapas y Veracruz, entre otros, pero para los candidatos guindas en esas entidades no se ha solicitado protección especial.

 

Quizá porque están gobernados por Morena, pero, al igual que ocurre en Guanajuato, Guerrero está descontrolado, no hay autoridad y en tan solo dos años el Gobierno estatal va por su tercer fiscal, como si el cambio de funcionario solucionara el embate de la delincuencia organizada.

 

Así como los morenistas indignados han reclamado al gobierno panista de Guanajuato su inacción en el caso de Gaytán, así deberían reclamar los asesinatos de otros militantes en estados gobernados por uno de los suyos.

 

Pero estamos en tiempos de campaña, tiempos de zopilotes.

****

Por cierto, quién haya planeado promover en redes sociales el video del hijo de Xóchitl Gálvez, alcoholizado, discutiendo y ofendiendo con frases clasistas a cadeneros de un antro en Masaryk, debe estar ahora desempleado.

 

Primero, porque el video no fue el escandalazo que buscan provocar; segundo, porque se trató de un video de hace un año; inclusive el propio involucrado dijo que fue a ofrecer disculpas al personal del antro.

 

Y tercero, solo logró que resucitaran los videos, memes y toda la carga virtual que hay sobre los hijos del presidente López Obrador.

 

Ahí está uno del hijo menor del Presidente en un antro abriendo una botella, o la casa gris del hijo mayor y las grabaciones que incluyen a los otros dos herederos del apellido López presuntamente en negocios turbios realizados en la construcción del Tren Maya.

 

En el equipo de la candidata presidencial deberán tomar nota del efecto bumerán que producen ciertas informaciones.

****

Al cuarto para la hora el Congreso local de Morelos le concedió la licencia que tanto le urgía a Cuauhtémoc Blanco para poder acceder al fuero que le concede una diputación federal.

 

Pero no se crea que es bien visto en Morena; tan es así, que el plan original era proponerlo como candidato a diputado no por la vía plurinominal, sino por el principio de mayoría relativa, pero un personaje importante en Morena no lo quiso cerca.

 

Su petición fue concedida.

 

     @adriantrejo