La rigidez de los debates entre presidenciables es responsabilidad de los partidos políticos, que acuerdan entre ellos tiempos, temas y hasta quiénes deberán coordinar o conducir el encuentro.

No existe en la ley electoral un artículo que indique el formato al que deberán sujetarse y establezca criterios para la selección de los conductores de los debates.

Los partidos políticos, sobre todo los que tienen el gobierno (le ha tocado al PRI y al PAN), seleccionan conductores de noticias que les son afines.

Hoy la discusión es si un conductor de Adn-40, Manuel López San Martín, debe o no estar en el primer debate, como ya se había acordado, porque criticó al llamado “doctor muerte’’, Hugo López-Gatell, por su reincorporación al equipo presidencial en “calidad de asesor en temas de salud’’, luego de su catastrófico papel durante la pandemia de Covid-19.

Si esperamos que los partidos elijan a personajes que a todos (a todos) les caigan bien, no habría debates.

El único que concitaba la aprobación generalizada era “Chabelo’’, pero ya se murió, así que los partidos, incluido el del presidente López Obrador, tendrán que dejar el papel de víctimas de los medios y sus conductores porque sea quien sea el elegido, tiene, como todo ser humano, sus preferencias políticas.

Lo único que faltaría para hacer de los debates una simulación es que los partidos políticos redactaran las preguntas que quieren que les hagan los moderadores.

Uno espera que los debates sirvan no solo para el insulto y el pastelazo, sino para conocer las propuestas de gobierno y las personalidades de cada candidato, algo que, dada la experiencia reciente, debería cobrar especial importancia a la hora de emitir el voto.

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No debe extrañar la renuncia de Leonel Cota ala dirección de Segalmex, institución a la que llegó con la instrucción de apagar el fuego de la corrupción que generó la administración de Ignacio Ovalle, tan campante él.

Cota se suma a la campaña de Sheinbaum, dizque para coordinar la campaña política de la candidata oficial a la Presidencia en el estado de Jalisco.

Lo interesante será conocer el nombre del funcionario que suplirá a Cota pues el designado tendrá que llegar al cierre de la administración de Segalmex, en donde se cometió el fraude más grande de esta administración que ronda, según cifras oficiales, en los 9,000 millones de pesos, aunque hay otras cifras que hablan de 15,000 millones de pesos.

¿Quién será el elegido para echarle tierra al asunto?

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A Cuauhtémoc Blanco el Tribunal Electoral y el INE le validaron la candidatura plurinominal a la Cámara de Diputados, pese a no haber solicitado licencia para separarse del cargo de gobernador por lo menos 90 días antes de la elección.

Ayer solicitó licencia, que vencerá el dos de junio por lo que, ya con la candidatura pluri en la bolsa, regresará para cerrar su “administración’’.

Y, pese a la fama del futbolista, hay en Morena un sector que no lo quiere tener cerca, no solo por su mal gobierno sino por sus cuestionables amistades.

Por cierto, hablando de Morena, el presidente del PRD en el estado, Sergio Prado Alemán, denunció que 12 candidatos a presidentes municipales y regidores se bajaron de la contienda por las amenazas que han recibido de la delincuencia organizada, que es la que impone las candidaturas.

Quizá por eso la urgencia del futbolista por garantizar el fuero, sea como sea.