Para nadie es sorpresa que el robo de los mil millones de pesos a los mineros de Cananea es el inicio de una serie de transas que lo han llevado a ser señalado, acusado y perseguido por robar, engañar, mentir, extorsionar y por no hacer nada más que vivir de una gran herencia que no sólo implica la millonaria explotación de un sindicato, sino la obtención de puestos y cargos públicos por padrinazgo o dedazo.

El mayor logro de Napoleón Gómez Urrutia es ser hijo de Napoleón Gómez Sada, de ahí no ha hecho nada digno por sí sólo. Su padre fue Secretario General del Sindicato Minero por 40 años y lo mal acostumbró a vivir de él, al grado de mover influencias políticas para darle un empleo; fue así como en 1979, le dieron sin mérito alguno, la dirección de la Casa de Moneda; sin embargo, lo corrieron de ésta por irregularidades financieras. ¡Qué raro!

Después de este penoso fracaso, donde Napillo ya empezaba a afilar las uñas, tanto padre como hijo planearon perfilar al desempleado como sucesor en la Secretaría General del Sindicato, sin ser minero y sin contar con los mínimos requisitos que exigen los estatutos.

Napillo es “el sin registros”, no hay un sólo documento oficial que lo avale como trabajador minero, no existe registro en el IMSS y ni en Infonavit, no hay semanas cotizadas, no hay nada. Usurpó la Secretaría General a los verdaderos mineros. Fue, tal cual, una imposición y la explotación del Sindicato por parte de una sola familia que se ha prolongado más de 62 años.

Napoleón Gómez Urrutia tiene una gran carrera, pero en la maña y en la mentira. No se sabe si los títulos que supuestamente obtuvo en el extranjero y que tanto presume son reales, ya que nunca ha mostrado un documento que los acredite, pero lo que sí tiene es un máster de grado superior en estirar la mano y arrebatar lo ajeno.

Ya lo decíamos el impostor de minero no ha hecho nada por sí mismo, nunca ha conformado una sección, no sabe cómo hacerlo, no sabe cuál es el trabajo sindical, todo lo hacen por él. Sigue sin bajar a la mina, para los compañeros es un operador a distancia que sólo conocen por propaganda en lonas.

Por otro lado, en los recuentos, nunca al Sindicato Minero Metalúrgico Frente le ha ganado una sección de manera legal: echa mano de porros golpeadores que intimidan y amenazan a los compañeros para manipular los votos a su favor. Sigue alterando documentos y comprando jueces.

A este impostor no le importa poner en riesgo con enfrentamientos a las y los compañeros, dividir familias, incluso que se pierdan vidas. Él sólo tiene en mente seguir aumentando su fortuna valuada en millones de dólares, al costo que sea, y que su empresa familiar de explotación obrera siga dándole frutos repitiendo la historia del fraude para imponer a uno de sus hijos en la dirigencia, como lo hicieron con él.

La preparación del heredero va en serio, ya que sabe que si la dirigencia del Sindicato Minero llega a manos de alguien que no es de su familia, las investigaciones por malversación de fondos y enriquecimiento ilícito llegarían al instante.

Napillo ha sumado puros fracasos. Al poco tiempo de usurpar la Secretaría General del Sindicato Minero perdió a 90% de sus agremiados, lo dejamos por ratero y mentiroso. Hoy sigue buscando a la mala sumar secciones para adueñarse de las cuotas sindicales y ocuparlas como se le dé la gana. Para el charro de Napillo eso es el sindicalismo, finalmente no sabe hacer otra cosa.

 

       @CarlosPavonC