Festival Internacional de Cine de Mar de Plata.
Foto: Festival Internacional de Cine de Mar de Plata. Estatuilla de la edición 38 del Festival Internacional de Cine de Mar de Plata.  

Tras dos meses sin una persona al mando del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA), y luego de la designación del nuevo su nuevo presidente, Carlos Piroviano, la industria cinematográfica en Argentina se encuentra en estado de crisis. No sólo el arte per se, sino también aquello que lo mantiene en pie, como lo son los trabajadores de estas instancias y los festivales.

Lo anterior, dígase los despidos anunciados por el director del INCAA –quien por cierto no tiene expertis en el rubro audiovisual, pues es economista–, las intenciones de cerrar Cine.Ar y también las de vender el cine Gaumont, proviene de los recortes de fondos que está llevando a cabo el Gobierno de Argentina por órdenes del presidente ultraderechista Javier Milei. 

Más recientemente, la motosierra de Milei recayó en el Festival Internacional de Cine de Mar de Plata, a través del dirigente del INCAA, quien confirmó el día de ayer las intenciones de desfinanciar el festival que, por si fuera poco, es el único de Latinoamérica que es considerado como de Clase A, lo cual le pone en igualdad de circunstancias con Cannes, San Sebastián, Locarno, Tokio, entre otros. 

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El desfinanciamiento gubernamental puede significar, entre otras cosas, financiación privada, esto último confirmado a través de un comunicado por la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), quienes propusieron directamente la esponsorización, “para evitar directamente su cierre por considerarlo innecesario a las funciones del organismo”.

A propósito, el reconocido crítico cinematográfico argentino Roger Koza, escribió en su cuenta de X:

“(…) no habrá más Festival de Mar de Plata. Como director artístico del Festival Internacional de Cine de Cosquín y también del Doc Buenos Aires, espero que se revise y revierta esa decisión”.

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Entre otros reclamos y exigencias inteligibles, la ATE destaca en su comunicado que:

“Se llevó la agenda de las y los trabajadores, la urgencia de la continuidad de los puestos de trabajo bajo la modalidad contractual de locación de obra y por especialidad, que engloba un total de 170 trabajadores entres los que se encuentran, por un lado, 90 compañerxs que desempeñan tareas habituales y permanentes en distintas áreas del instituto, y por otro lado, 80 trabajadores miembros de comités y tutores de proyectos, nombrados por Resolución”.

Sin embargo, pese a la insistencia y la preocupación de las y los trabajadores, ellos mismos comunican que “Piroviano negó rotundamente la posibilidad de dar marcha atrás con la medida, caracterizando que el INCAA gastaba en sueltos y funcionamiento más del 60% de su presupuesto, incumpliendo con la Ley de cine”.

Ante la idea de “gravar las plataformas (…) tal como la propia Ley de cine lo establece”, el ATE subraya que el presidente de la institución “enfatizó su pretensión de continuar en una segunda etapa con nuevos despidos de planta transitoria, retiros voluntarios y jubilaciones anticipadas para la planta permanente”.

Finalmente, posterior a hacer un llamado a “la comunidad audiovisual a declararse en estado de alerta y movilización y coordinar con la mayor unidad de todos los sectores las acciones necesarias”, la Junta Interna de ATE hace un llamado a “organizaciones sindicales, asociaciones de directores, realizaciones, productores, guionistas”, etcétera, a juntar firmas “para rechazar esta política de desguace del INCAA y los despidos masivos”