Especial Reapertura. Luego de cortar el listón de las obras de reparación por las tomas clandestinas en tres ductos de Pemex, el mandatario local recorrió la zona que hace dos años fue cerrada por seguridad de los habitantes.  

Luego de cuatro años de afectaciones e incertidumbre por el huachicoleo por tomas clandestinas en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), el Gobierno capitalino y la alcaldía Iztacalco aseguraron a los habitantes de la colonia Granjas México que están libres del riesgo de explosividad.

Durante la entrega de la obras de remediación en Eje 3 Sur Añil, donde se detectó el robo de combustible por lo que fueron evacuadas algunos habitantes, este martes el jefe de Gobierno, Martí Batres, acompañado del director general de logística de Pemex, Javier Emiliano González; la secretaria de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, Myriam Urzúa, y el alcalde de la demarcación, Armando Quintero, se anunció esta atención a la población.

Durante un recorrido y consulta con un experto en la materia, realizado por 24 HORAS en marzo del 2022 se alertó de la problemática que vivían los habitantes de la colonia tanto de una explosíon como de respirar constantemente el combustible que es transportado por los ductos.

El jefe de Gobierno puntualizó que después de una amplia obra que implicó remover 40 mil toneladas de tierra contaminada desde que se detectó el huachicoleo que se realizaba en esta zona, se hicieron las reparaciones pertinentes.

“Les informamos, particularmente a la población de Iztacalco, que las obras han concluido exitosamente y que pueden utilizar ya con seguridad y tranquilidad estas avenidas, tanto desde el punto de vista peatonal como desde el punto de vista de la circulación vehicular”, abundó.

Batres reconoció el trabajo realizado por Pemex y la asesoría que realizó el Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) sobre los trabajos de reparación y evitar más afectaciones.

El funcionario de Pemex, José Emiliano González, informó que detectaron tres tomas clandestinas, dos de ellas descontroladas, en donde los huachicoleros ante la presión del ducto se espantaron, huyeron y dejaron la toma abierta, que fue precisamente a dar a un predio, que está enfrente de la Terminal de Almacenamiento y Despacho de allí. “Derivado de ello, ustedes recordarán que prácticamente se había hecho una alberca de combustible sobre la calle de Añil y el producto se diseminó hacia el subsuelo”, abundó.

Myriam Urzúa, titular de Protección Civil, dijo que los trabajos se realizaron en estrecha colaboración con Pemex, sobre todo para monitorear el estado en el cual estaba el combustible.

El alcalde de Iztacalco, Armando Quintero, detalló que trabajaron por dos años y no metieron maquinaria pesada – hasta que se verificó que no había peligro- para evitar alguna explosión.

Se atendieron las denuncias de los vecinos y “hoy podemos decir que estamos libres de una explosividad en la zona”, advirtió.