El presidente López Obrador recicló un viejo anuncio, que presentará una iniciativa para eliminar a tres organismos autónomos “por onerosos e inservibles’’, para evitar hablar de la violencia que vive el país.

Atacar a los autónomos siempre será un recurso cuando ya no hay argumentos para defender su “estamos mejor que nunca, vamos bien y de buenas’’.

La dichosa iniciativa es simplemente un busca pies pues muchos de los legisladores de ambas Cámaras están más ocupados en sus propias elecciones o reelecciones, o en quedar dentro de los equipos de los candidatos a gobernadores.

Y no se diga dentro del equipo de la candidata presidencial.

Pero es el Senado el que más pendientes tiene, todos referentes a nombramientos que se niegan a procesar por órdenes de su Presidente.

Ahí están, por ejemplo, los nombramientos de dos magistrados del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), necesarios para la calificación de la elección presidencial.

Sin embargo, pese a la importancia de estos nombramientos, los senadores de Morena, que tienen el control de la Mesa Directiva y de la Junta de Coordinación Política, anunciaron que será hasta el periodo que inicia en febrero y concluye en abril, cuando se abordará el tema.

Falta designar también a magistrados de Tribunales Electorales estatales, así como a los comisionados del Inai, uno de los organismos a los que López Obrador les ha asignado el adjetivo de parásitos.

Claro que es más fácil y rentable hablarle a su público de lo que se gasta en los que considera instituciones onerosas e inútiles que hablar del fracaso de la estrategia de seguridad, si es que la hay.

El Presidente prefiere resucitar un tema muerto por trillado antes que abordar los hechos de violencia que viven regiones completas del país.

Es, a todas luces, una forma de distracción, para lo que López es muy bueno, porque incendiándose el país por la violencia, se enfoca en un tema banal al que sus propios legisladores ya ni harán caso.

 

Total, su clientela electoral todo lo consume.

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Mañana miércoles se votará en el pleno del Congreso de la CDMX la posible ratificación de Ernestina Godoy como fiscal de la capital del país.

Hay muchos rumores en torno al papel de la oposición, que ya dijo que nomás no pasará.

A Morena y sus rémoras les faltan 5 votos para conseguir la ansiada ratificación y parecería que por lo menos, dos legisladores (un hombre y una mujer) del PRI habrían caído presa del canto de las sirenas, y no precisamente las del mar, sino de las patrullas policiacas.

Una diputada pidió licencia, que venció ayer, para no participar en la votación, Silvia Sánchez Barrios, pensando que ya había ocurrido la sesión, pero como no fue así, pidió que su licencia “por motivos de salud’’, se extendiera dos días más.

Sánchez Barrios es hija de la histórica líder de vendedores ambulantes del centro histórico, Alejandra Barrios y hermana de Diana Sánchez Barrios, ambas procesadas por diversos delitos y con carpetas de investigación abiertas.

En el PAN los legisladores locales siguen siendo presionados con el tema del “cártel inmobiliario’’, pero hasta ahora no se conoce que alguno de ellos haya dado su brazo azul a torcer.

En fin, el miércoles veremos en qué termina esta telenovela que, por cierto, por mucho rebasó los tiempos legales establecidos para resolverla.

 

        @adriantrejo