Hay de chicanadas a chicanadas.

 

Una, la del Instituto Nacional Electoral (INE) con la presidenta Guadalupe Taddei al comando, parece organizada para dar gusto a determinado partido.

 

Y otras, como las del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) con Claudia Sheinbaum de coordinadora, se explican por sí mismas.

 

De la primera hay un futuro incierto, pues de momento queda en el limbo la determinación de aplicar la paridad de género con cinco mujeres de candidatas a gobernadoras y cuatro hombres a gobernadores y jefe de Gobierno.

 

A ver si en otra sesión extraordinaria Taddei da gusto a los partidos y a quien supone será la próxima candidata y posterior Presidenta de la república.

 

Por ahora centrémonos en Morena.

 

El lunes fueron convocados los aspirantes a abanderar ese partido en sus respectivas entidades: 53 porque se apeó el empresario guanajuatense Héctor Tejada Shaar, acusado de corrupción en la Concanaco.

 

Su caso es de escándalo, pues la Auditoría Superior de la Federación (ASF) de David Colmenares le señala desvíos por 291 millones de pesos de recursos públicos (Auditoría DN19001).

 

 

LAS 2 MUJERES SEGURAS

  Todos ellos fueron obligados a firmar compromisos de silencio y disciplina.

 

No deben informar a los medios lo sucedido en ese encuentro ni cómo perciben la manipulación (cuchareo, les llama el clásico) de las tres encuestas con las cuales se postulará a los escogidos desde el poder.

 

Ante su coordinador Adán Augusto López, el dirigente Mario Delgado y los ambiciosos, Claudia Sheinbaum ungió de antemano a la exsecretaria de Energía Rocío Nahle para Veracruz.

 

Es la única mujer ganadora en el proceso interno, destacó Sheinbaum.

 

En los ocho casos los punteros son hombres, agregó, pero no sería posible darlos por vencedores porque todavía en ese momento se creía en la famosa paridad y quedaban espacios para cuatro mujeres y cuatro hombres.

 

La decisión previsible, dicen las versiones de varios interesados, es reconocer a quienes llevan una delantera imposible de ocultar aún con sondeos cuchareados (otra vez el clásico).

 

El enredo ocasionado (o cuchareado por Guadalupe Taddei, para satisfacción del clásico) deja todo en vilo y tal vez se eche abajo el propósito morenista de mandar mujeres en Veracruz –Rocío Nahle, está decidido-, Morelos (Margarita González Sarabia), Jalisco, Chiapas y Yucatán.

 

 

UN HOMBRE PARA CDMX

 Este escenario lanza otra luz:

 

Claudia Sheinbaum tendría predestinada la candidatura de la Ciudad de México para un hombre y el puntero indiscutible hasta ahora por amplio margen es su delfín Omar García Harfuch.

 

A ver qué orden sale al final de Palacio Nacional porque conocida es la proclividad de López Obrador por Clara Brugada, a quien hizo delegada de Iztapalapa contra el lamentablemente célebre Juanito, Rafael Acosta, y luego alcaldesa desde 2018.

 

Pero tranquilos, les dijo Claudia a los 53 contendientes: quien no sea escogido tendrá acomodo en distintas posiciones administrativas federales y estatales, o bien partidistas.

 

Es decir, Morena y el gobierno no son agencia de colocaciones, pero tampoco desamparará a sus cuadros si son leales, obedientes y asimilan dedazos y desplazamientos injustos a ojos de su popularidad. 

 

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