Digámoslo eufemísticamente:

 

-Están en silencio.

 

En tiempos de confrontación, violencia, polémica por los nuevos cambios al sistema educativo y muchos otros problemas, no aparece la crítica tradicional de las iglesias.

 

Parecen sin reacción ante problemas graves como el asesinato de los sacerdotes jesuitas Javier Campos (79 años) y Joaquín Mora (80) en Cerocahui, en la Sierra Tarahumara de Chihuahua, junto con un guía de turistas.

 

Hubo críticas, exigencias de justicia y muestras de solidaridad de muchas organizaciones civiles y de la Sociedad de Jesús por los asesinatos arteros en junio de 2022 por un criminal, José Noriel Portillo Gil, El Chueco, aparecido luego muerto en Sinaloa.

 

Pero no hubo expresiones mayores del resto de las organizaciones religiosas, por lo cual los jesuitas publicaron un mes después:

 

“…es prioritario que se garanticen los derechos de las comunidades rarámuri. La atención que sobre la región ha generado este lamentable hecho que sacudió al país, no puede ser coyuntural; se deben revertir las causas estructurales de la violencia en la Sierra que prevalecen desde hace décadas”.

 

 

CASTRO Y CASTRO

 

La población, mayoritariamente católica, espera la voz de sus pastores.

 

La principal voz es la del secretario de la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) y obispo de Cuernavaca, Ramón Castro y Castro, quien inclusive participa en marchas mensuales para exigir la pacificación.

 

Encabeza foros para hacer propuestas con la participación de los tres niveles de gobierno y de la población, sin que hasta ahora haya un proyecto institucional estructurado.

 

También ha dicho:

 

“…lo hemos dicho todos los obispos con mucho respeto, que la estrategia de abrazos no balazos no ha funcionado y que vemos un México salpicado de sangre, un México herido”.

 

Estos clamores no han entrado a Palacio Nacional, de donde han salido críticas para la Iglesia Católica y un señalamiento: la buena relación es con el Papa Francisco, no con la jerarquía católica.

 

Mientras, Castro y Castro lamenta:

 

“Tenemos nueve años con nuestras caminatas por la paz, pero creo que si lo vemos nada ha cambiado, la violencia sigue con altos índices”.

 

La violencia es un tema, pero en tiempos electorales no hay voces clericales como antaño, unas porque se han adherido al gobierno en pos de cargos públicos y otras porque algunos obispos han sido condicionados.

 

 

CIUDAD MADERO

 1.- A propósito:

 

¿Qué ha sido de las investigaciones y de los deudos de las diez víctimas en el templo católico de la Santa Cruz en Ciudad Madero, Tamaulipas?

 

Se desplomó un techo y ¿de quién es la responsabilidad de mantener las instalaciones religiosas en buen estado y garantías de seguridad a los feligreses?

 

Del Gobierno federal, para lo cual cuenta con recursos etiquetados.

 

Y 2.- Diputados y senadores simpatizantes de Marcelo Ebrard mantienen sus presiones para modificar las leyes de ingresos y de egresos de la federación para 2024.

 

No es la orden, pero el coordinador morenista en San Lázaro, Ignacio Mier, promete estudiar las peticiones y ha entrado en contacto con morenistas y verdes exigentes.

 

Luego se verá si es para acceder y dar más sentido social al gasto público o si por esa vía se les condiciona para permanecer en el frente político-electoral del gobierno.

leg

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS.