La política de no intervención del presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido selectiva y ambigua. Como sucedió después del ataque del grupo terrorista Hamás y anteriormente con la invasión de Rusia a Ucrania.

La visión radical ha tenido mayor peso que la política de no intervención en sus posicionamientos internacionales. Más aún, la supuesta neutralidad ha sido un pretexto para no condenar a regímenes tiránicos como el de Daniel Ortega o, incluso matizar una condena por el ataque del grupo islámico-palestino.

Por ejemplo, en el caso de Cuba, el presidente López Obrador ha respaldado de la forma más amplia posible la dictadura que encabeza Miguel Díaz-Canel y hasta lo condecoró con la Orden Mexicana del Águila Azteca, la máxima distinción del gobierno mexicano por su cooperación en temas de salud.

En cuanto a la crisis política en Nicaragua, el Presidente ha evitado sumarse a la condena internacional al gobierno de Daniel Ortega por la represión, aprehensión y destierro de sus detractores. En cambio, anunció el envío de una misiva al dictador para manifestarle su “preocupación” por los presos políticos.

Las acciones del ex revolucionario sandinista, convertido en tirano, no han sido suficientes para arrancar una condena de parte de AMLO.

Asimismo, el Presidente pidió al gobierno de Paraguay ser comprensivo luego de que en México no se detuviera al exlíder guerrillero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Rodrigo Granda, quien viajó como invitado para participar en un seminario organizado por el Partido del Trabajo.

Por el contrario, en su respaldo a Pedro Castillo, ha descalificado al gobierno de Dina Boluarte, presidenta del Perú, al cual se ha referido como ilegítimo: “para nosotros no es legal ni legítimamente presidenta”, afirmó López Obrador cuando rechazó entregarle la presidencia de la Alianza del Pacífico.

Ante el conflicto bélico entre Rusia y Ucrania, iniciado el 24 de febrero de 2022, el gobierno mexicano evitó condenar los ataques al país encabezado por Volodímir Zelenski. Andrés Manuel López Obrador se pronunció por la no intervención y autodeterminación de los pueblos, para luego definirse como “partidario de la paz y el diálogo”.

Contrario a lo que ocurrió con la comunidad internacional, el gobierno mexicano mantuvo sus acuerdos con Rusia e, incluso, permitió la compra del avión presidencial supuestamente por Tayikistán; esto a pesar de que los 92 millones de dólares para llevar a cabo la transacción realmente vendrían del gobierno de Vladimir Putin.

Sobre el actual conflicto entre Israel y Palestina, la embajadora en México del primer país, Einat Kranz Neiger, pidió al gobierno mexicano condenar los ataques del grupo terrorista Hamás; en cambio, el Presidente se limitó a decir que su administración está en contra de la violencia, “nosotros somos pacifistas y no queremos que se pierda la vida de ningún ser humano y de ninguna nacionalidad, sean de Israel o sean palestinos”.

 

#LoboSapiensSapiens

Ella o él…

Nos dicen que en Chiapas la política de equidad parece dirigida a favorecer a Sasil de León, pues si se decide que vaya una candidata, ella ganaría. Por el otro lado, quien se encuentra mejor posicionado es Plácido Morales, muy reconocido en la entidad por su lucha… por lo que todo está en estos momentos en las manos del CEN de Morena. ¿Será?

 

       @chimalhuacano