Cada vez queda más claro que para un régimen como el del presidente López Obrador, al que le importa mucho que el peso se mantenga fuerte frente al dólar, resultó una muy mala decisión cancelar el esquema de coberturas cambiarias, como lo hicieron el último día de agosto pasado.

Claro, nada como un mercado libre sin flotadores que incentiven la especulación, pero este es el régimen que es capaz de intervenir con cientos de miles de millones de pesos en el mercado de las gasolinas para dar la impresión de que los precios no suben.

El peso mexicano pasó en su relación frente al dólar de los Estados Unidos de los 16.70 de finales de agosto a los actuales 18 y más. En poco más de un mes hay una depreciación cambiaria del 7% que afecta los ánimos y de paso las expectativas inflacionarias.

Son múltiples los factores que explican ese comportamiento cambiario. Y, sí, en la base hay factores externos, como la apreciación del dólar frente a las divisas del mundo por las expectativas de que pudieran volver a subir las tasas de interés.

Pero también, en ese mercado revuelto, donde privan las malas previsiones inflacionarias y tasas más altas de los bonos del Tesoro estadounidenses, hay una salida de aquellos mercados que hoy tengan dificultades locales que los hagan aparecer como más frágiles y ahí México está en proceso de empeorar sus expectativas.

No gustó, y nada, a los mercados el paquete económico que presentó el régimen al Congreso, para determinar ingresos y gastos del 2024. Está claro que lo que el presidente López Obrador dicta y los diputados y senadores no le cambian ni una coma.

Así que un paquete económico que, en afán de gastar a manos llenas con fines electorales, plantea un déficit presupuestal hasta el 5.4% del Producto Interno Bruto, con una expectativa de crecimiento de la economía irreal y con una inflación no controlada, claro que pone de nervios a los inversionistas que aprovechan el momento de la turbulencia para dejar este mercado.

Nada ayuda la evidencia de que el régimen hará todo lo que esté a su alcance, dentro y fuera del marco legal, para aferrase al poder y que con la mira puesta solo en ganar las elecciones hay una renuncia a ejercer su poder de autoridad en materias tan importantes como la seguridad pública, por ejemplo.

No está claro que el rompimiento que ha tenido la cotización peso dólar de sus niveles de resistencia marque ya un inevitable camino hacia una depreciación mayor. Dependerá de los datos de la economía estadounidense.

Si se contienen las presiones inflacionarias, si las decisiones de la Reserva Federal se asimilan rápidamente por parte de los mercados, si eventualmente el Banco de México se muestra más firme en su intransigencia con la alta inflación, podría venir un regreso del nivel cambiario actual.

Pero si, por el contrario, el panorama internacional se nubla más de lo que vemos actualmente y los mercados entran en modo “vuelo a la calidad”, que no quede duda que uno de los mercados más inseguros en tiempos de volatilidad es el mexicano.

 

    @campossuarez