Sin ideas colectivas o despliegues individuales puntuales, la Selección Mexicana cerró su actividad dentro de la fecha FIFA por territorio norteamericano, con un empate final ante el combinado de Uzbekistán, por marcador de 3-3, en partido disputado en el Mercedes-Benz Stadium de Atlanta, Georgia.

Ante el dominio del esférico que logró establecer el cuadro tricolor durante el encuentro, fue la eficiencia ofensiva de los asiáticos, la que terminó por impactar en el desarrollo del juego, con un cuadro uzbeko al que le bastó tener una posesión del esférico en un 38% y tres acciones ofensivas, para generar sus goles durante la primer mitad.

Bobur Abdikholikov fue el encargado de abrir las acciones, en ataque para el combinado de Uzbekistán durante el minuto 18′, con un potente remate de cabeza, combinado con una clara falencia en el parado táctico del cuadro bajo azteca, que condujo al primer tanto en una acción que ni siquiera Guillermo Ochoa logró atajar.

Tres minutos después, en lo que parecía un cambio de mentalidad e intensidad en el combinado nacional, Raúl Jiménez igualó el marcador, tras una serie de rebotes en una jugada que generó en primera instancia Uriel Antuna y que dejó al esférico sin dueño dentro del área rival, para que fuese el ariete del Fulham quien controló y remató a segundo poste.

Con el partido nuevamente equilibrado, fue mejor el orden que logró establecer el cuadro dirigido por el esloveno, Srecko Katanec, que nunca mostró un atisbo de fragilidad en su último sector del campo y que supo canalizar los errores en marcación y despliegues entre líneas de México, para conseguir su segundo tanto en un contragolpe.

Azizbek Turgunboev fue quien definió una acción construida por banda izquierda ya con el partido en tiempo de recuperación durante la primera mitad y que dejó al extremo derecho, que juega para el Pakhtakor de la liga uzbeka, con tiempo y espacio para rematar al poste derecho de Ochoa, ante otra desconfigurada zaga mexicana.

El Tri buscó implantar un juego con principal prioridad en las bandas y los desbordes de Antuna y César Huerta, sin lograr nunca establecer una dinámica con sus laterales, para conectar con Jiménez, como único referente de área y poca proyección por el centro del campo. Fue hasta los ingresos de Luis Romo y Jordi Cortizo, que México consiguió mejor dinámica por dentro del campo, que condujo al empate en el tramo final del cotejo.

Jiménez colgó su doblete, con un remate bombeado ante el guardameta, Utkir Yusupov y que combinado con el gol accidental de Antuna en un contragolpe, le dieron la ventaja parcial a México al minuto 88′. Otabek Shukurov puso las cifras definitivas con un potente remate de tiro libre al 92′, en combinación con una mala ejecución de Ochoa en el arco tricolor.

LEG