Es un hecho que si algo tiene sin mucho cuidado a los mercados es la discusión en torno al futuro de la educación en México y mucho menos lo que digan los libros de texto.

Los efectos son de tan largo plazo que realmente no afecta el desempeño financiero cotidiano.

El resto de la sociedad mexicana debería tener un poco más de interés y empatía por estos asuntos que comprometen a las siguientes generaciones.

Desde que este régimen llegó al poder, la primera acción fue desmantelar la reforma educativa con una serie de arengas que logró posicionar entre los seguidores de la llamada Cuarta Transformación y con ellas conseguir el respaldo social suficiente para echar a perder un cambio constitucional que sí marcaba una diferencia a favor de los estudiantes.

Ahora, la discusión en torno al contenido y conceptualización de los Libros de Texto Gratuitos lleva el mismo camino. Desde hace tiempo se advirtió la injerencia de personajes impresentables en la elaboración de los contenidos que llegarían a las manos de los niños, pero realmente nadie le puso el interés suficiente.

Es ahora, a prácticamente dos semanas del inicio del ciclo escolar, cuando se viralizan las pifias del contenido de esos libros para la educación básica. Aun así, el número de personas interesadas en el tema es limitado.

Todo esto escala cuando el Presidente, en uso de la tribuna oficial para su agenda partidista, empieza a radicalizar el tema y a fijar posturas cada vez más violentas que entrelaza con el proceso preelectoral adelantado en el que estamos.

Entonces, el tema del desafortunado contenido de los libros de texto pasa a segundo plano para dejar en el ambiente una mayor polarización que, entonces sí, puede afectar el desempeño de otras actividades incluidas las económico-financieras.

Las expresiones recientes de las últimas semanas de Andrés Manuel López Obrador, lo mismo sobre Xóchitl Gálvez, los opositores, los pedagogos, los jueces y magistrados, y una muy buena parte de la sociedad mexicana, no corresponden a lo que deberíamos esperar de un Presidente de la República.

Y ese es el problema para el desempeño futuro del país, todas son señales de encaminarnos a un ambiente todavía más enrarecido, ahora que estamos a unos cuantos días de que inicie formalmente el proceso electoral.

En la medida en que tengan éxito las acciones legales para detener el adoctrinamiento a través de los libros de texto, cuánto más pueda crecer la idea generalizada de que un triunfo de Morena no es algo inevitable y que sí puede haber una competencia real por la presidencia, en esa medida aumentará la radicalización desde el oficialismo.

Es muy sencillo pasar de las palabras a los hechos en un país que, además, está dominado por las diferentes expresiones del crimen organizado que ya le ponen lastres al desarrollo económico.

Los temas estructurales, como la calidad de la educación en México, derivan en comportamientos agresivos desde el poder que invitan a la feligresía cuatroteísta a tomar posiciones más radicales con el único fin de conservar el poder.

Nada de esto es lejano a nosotros, aunque creamos que el problema de los Libros de Texto Gratuitos no es nuestro problema.

 

    @campossuarez