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Teotihuacán, la tierra de los dioses, fue la más grande, influyente y venerada ciudad desde la época prehispánica, importante para muchas culturas mesoamericanas y hoy es el centro en el que nace una de las campañas para celebrar el mes del orgullo LGBT+ llamada Lugar donde todxs somos dioses, impulsada hace un par de años por la tercera generación de artesanos fundadores de Casa Obsidiana.

“En el pueblo mágico de San Martín de las Pirámides, con ciertas reticencias sus pobladores se dieron cuenta de que el colocar las banderas del arcoíris les brindaba una oportunidad de negocio por lo que junto a los prestadores de servicios logramos visibilizar esta comunidad sin hablar como de género sin hablarte de etiquetas, simplemente somos, campaña que nos engloba a todos”, en entrevista con 24 HORAS el diseñador Gerardo Cuevas.

Él es protagonista de una historia de superación al ser parte de una sociedad machista con reglas establecidas.

“Crecí allá en Teotihuacán, en San Martín con esta familia que es muy grande, con muchos tíos y muchos primos de ambas partes, en donde debía jugar los juegos de niños como el futbol aunque no te gustara; los referentes que había en televisión, por ejemplo, eran como muy despectivos o con una etiqueta muy marcada, muy afeminados; el tabú existía y todo era muy callado, todo lo veían mal, digo, al final es algo que pasa en todos lados.

“Afortunadamente yo crecí en una familia muy amorosa, muy consciente, a la que le gusta seguir aprendiendo, entonces cuando yo salí del closet fue un golpe muy fuerte para mi papá. Bueno, debí tomar terapia, no de conversión afortunadamente, sino psicológica, en especial porque estaba pasando por la adolescencia”.

Gerardo debió migrar a la Ciudad de México para realizar sus estudios y trabajar, fue aquí donde fue más libre. Sin embargo, cuando regresaba a Teotihuacán se sentía observado, pero no de forma despectiva.

“¿Ha costado trabajo romper esas barreras? Sí, definitivamente sí ha sido un camino muy largo y ahora creo que con esta campaña Lugar donde todxs somos dioses ponemos un granito de arena en esta gran lucha con la que intentamos perder el miedo a enfrentarse a una sociedad que de plano sí somos en algún momento muy dañina hiriente”, añadió Gera, como le gusta que le llamen.

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Al ser cuestionado si realmente se puede perder el miedo, aclaró que para él esa es una pregunta fuerte pues considera que, “muchas nos acostumbramos a tener miedo en una sociedad machista”, que discrimina y ante la que la comunidad LGBT+ no puede mostrar acciones de afecto en público para no incomodar a la gente y por temor a ser blanco de críticas y malos tratos.

Hoy, Gera está convencido de que la base de la buena convivencia es el respeto entre los seres humanos.

“Desafortunadamente no podemos educar de la noche a la mañana y forzarlos a entender que todo esto es normal; entonces sí ha sido una lucha muy grande y el miedo es un sentimiento constante mismo que no se pierde nunca, se acostumbra”, finalizó este diseñador que tiene para nuestros lectores una sorpresa.