Hay que educar a los equipos de las corcholatas”. La afirmación es expresada en el contexto de un encuentro de personajes que buscan reconstruir puentes con el poder que continuará en 2024.

Una sutil y bien verbalizada nostalgia clasista crece como la humedad de la aspiracionista tecnocracia educadora.

Varios cientos de cuadros “de primera” desplazados del poder buscan señales, caminos, vínculos, lecturas tropicalizadas, recientes o presentes experiencias enriquecidas, todo para 1) ayudar al país porque ese es el destino de la nación y 2) ofertar al grupo hegemónico que ahora está subdividido en 2 —¿o en 6?—precandidatos a la Presidencia de la República, del movimiento político social que les barrió del poder en 2018.

En el contexto del excelente encuentro organizado por el Consejo Mexicano de Negocios en el Centro CitiBanamex, prueba de que la élite del país también se encuentra sana y salva como el conjunto de la macroeconomía, son integrantes algunos de un segmento del upper crust de un México que aspira a regresar al menos al poder de las políticas públicas si es que no puede al ejercicio pleno del Poder del Ejecutivo.

Y ciertamente la admisión del diálogo, la exposición crítica con buscado equilibrio, la combinación de mi favorito gris Oxford con blazer azul y corbata roja, tiene la calidad que todas las conversaciones merecerían, salvo que no hay ninguna voz fuera del mismo grupo de quienes se autoestiman más que los votantes a ellos y sus contratantes.

Con matices múltiples, se manifiesta una indefensa inquietud por la percibida como irremediable victoria de Morena el próximo año. Sostienen que es necesario, al menos, establecer las prioridades de la agenda en la relación con Estados Unidos, respecto de la seguridad, la igualdad, la legalidad, la participación ciudadana. Todos los temas torales. Toda la experiencia. Algunos doctorados en Estados Unidos. Muchos cerca de los últimos cinco presidentes antes de AMLO. Otrora cerca del picaporte presidencial o del cargo de secretario de Estado.

A los que habría que educar sería redundantemente a quienes no estudiaron no en Estados Unidos ni en Inglaterra. O quienes no los educó la cercanía con el mandatario cuando no había mañaneras. Dicen.

Las alusiones se dividen clara y principalmente entre Claudia Sheinbaum Pardo, construida como continuadora con sello propio, y Marcelo Ebrard, presentado como opción deseable para ellos, quizá hasta antes de anunciar una secretaría de la 4T que encabezaría uno de los hijos de AMLO.

Ciertamente, se reconoce el avance en seguridad, al grado de invitar, aunque no asistió, al titular de la SSC, Omar García Harfuch, en el primer día del Gabinete de seguridad que encabezó Martí Batres Guadarrama, símbolo de que las señales son desde Palacio Nacional y desde el equipo de Sheinbaum a favor del movimiento.

Y de todas maneras, hay espacio como puede verse en algunos de los ponentes que están acá viniendo de allá.

        @guerrerochipres