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Foto: @anahipaadeel / Anahí Salas reconoce que al ser el pádel un deporte de parejas, es fundamental encontrar a una compañera con la que haya conexión y se tengan los mismos objetivos profesionales  

La campeona mundial, desde los 16 años, vive su último año como jugadora de pádel en la categoría infantil, en busca de alcanzar el profesionalismo en la disciplina y mayor apoyo para con su carrera. Anahí Salas Almaraz requiere un promedio de 120 mil pesos de presupuesto por año.

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Descrita por sí misma como una chica afortunada de poder realizar los múltiples viajes a competencias, que en promedio alcanzan los 20 eventos en México y entre dos o tres en el extranjero, Salas explica a 24 Horas que, al menos para ella, la falta de apoyos es uno de los motivos que orillan al estacionamiento de las carreras atléticas.

“México todavía no apoya mucho a los deportistas. Aún no existe esa sinergia para que se den a conocer y comiencen a agarrar patrocinios y más apoyos”, subraya.

Afirma que el país se encuentra ya como potencia mundial al menos en categorías infantiles, por debajo únicamente de España y Argentina. “Ahora viene una generación de chavos jóvenes con los que siento que México va a despegar y nos va a ir aún mejor”.

A pesar del claro avance que ve en su deporte y los esfuerzos que ha realizado la actual gestión de la Federación Mexicana de Pádel, Anahí afirma que sigue siendo un requerimiento natural el migrar a países como España si se tiene la meta real de alcanzar jerarquía internacional y para participar en campeonatos como el World Pádel Tour.

“Siento que ahorita va a ayudar mucho que viene una generación grande que va a dar el salto al profesionalismo y yo no seré la única, entonces al menos en el femenil yo me doy cuenta que vamos exigiendonos y eso es lo que nos podría ayudar en el siguiente paso”, describe la mexicana sobre su futuro en el pádel.

Conocida como una pared por su capacidad de sacar todas las bolas del piso, en dónde encuentra su mayor fortaleza individual, reafirma su amor hacia el deporte luego de iniciar como tenista a los seis años, para vivir los últimos cinco como padelista. “Hasta el momento me sigue costando trabajo el swing que es muy marcado en el tenis y tener que quitarlo en el pádel que es más rápido y corto”.

Con Beatriz González y Claudia Jensen como principales modelos a seguir como atleta, Anahí también se apega a la española Marta Ortega para continuar con su sueño de combinar el deporte con una carrera universitaria, consciente de que el tiempo dirá si es posible hacerlo.

“Me veo terminando el año como la número uno y con clasificación a mi último mundial, para comenzar a ir a los mundiales panamericanos de mayores y mantenerme dentro de los principales lugares del ranking”, agrega Salas.

Destaca el manejo de la presión que tiene al saberse la jugadora a seguir en categorías con límite de edad, para atesorar principalmente el título mundial conseguido en Torreón, Coahuila, más su primer panamericano de Brasil que la llevó a enamorarse del pádel y de la idea de representar a México. “Yo antes de ser campeona mundial solo quería ser lo mejor de mí”.

 

LEG