Hoy la Junta de Gobierno del Banco de México deberá dar a conocer su más reciente decisión de política monetaria en un comunicado que, además de contener la información sobre el nivel en el que queda la tasa de interés de referencia, deberá incluir las estimaciones que hacen sobre el futuro inflacionario del país.

Los mercados y los medios están llenos de pitonisos, que no solo dicen saber cómo va a quedar la tasa interbancaria, sino que adelantan cómo quedará la votación interna en la reunión de política monetaria de hoy.

Hay pues un ruido excesivo en torno a esta decisión en particular porque ya no es obvio el movimiento a seguir por parte del banco central.

La inflación sigue subiendo, pero ya no tanto. Eso se nota sobre todo en el índice general y esto apunta al final de los incrementos en el costo del dinero.

Sin embargo, la baja menos acelerada en las presiones del índice de la inflación subyacente deja abierta la puerta para que se pudiera dar todavía un último incremento de refuerzo al mensaje de no tolerar el contagio a otros precios en la economía.

Apunta a favor de un eventual incremento de 25 puntos base el hecho de que la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) optó por un aumento de un cuarto de punto más en su tasa referencial durante su pasada reunión del Comité Federal de Mercado Abierto y que, además, no cerró la puerta a futuros incrementos.

El seguimiento de las decisiones de la Fed es una política no escrita que podría tener consecuencias al momento de romperse.

Como un argumento para pensar que la tasa de interés interbancaria de referencia del Banxico ya llegó a su techo está la idea generalizada de que la economía estadounidense, y con ella las economías satelitales como la mexicana, habrán de desacelerarse hacia finales del año, incluso hasta niveles de una ligera recesión.

Como foco amarillo para los banqueros centrales mexicanos deberá estar presente la codependencia del peso en su relación frente al dólar. Eso que otra vez llamamos superpeso no es otra cosa que la preferencia por esta moneda emergente que hoy está dando rendimientos que no tiene el mercado estadounidense.

La manera como el Banco de México tiene que acomodar hoy sus piezas entre el nivel de la tasa de interés, el contenido de su comunicación y hasta el sentido de la votación tiene que ser aceptado con la mayor naturalidad por los mercados para evitar sobresaltos innecesarios.

Lo que es un hecho es que, a partir de ahora cada movimiento o ausencia del banco central mexicano, cada reunión de política monetaria y su resultado serán de la máxima atención pública.

Hoy pues inicia una nueva etapa para el Banco de México, una en la que tendrán más atención a su trabajo, en la que no deben dar espacio a ningún tipo de especulación y a ese momento en que deben procurar que la política monetaria acompañe a la baja en la inflación, a las decisiones de otros bancos, especialmente la Fed, y, de paso, cuidar que el superpeso no tenga un descalabro mayor.

 

     @campossuarez