terapias de conversión
Foto: Especial / Las terapias que promueven, entre otros, algunos grupos religiosos, atentan contra el libre desarrollo de la personalidad  

Pese a que existe un marco normativo en Yucatán que sanciona las llamadas terapias de conversión, este tipo de acciones aún persisten en la entidad promovidas por grupos religiosos, situación que llega a ser un problema para las personas integrantes de la comunidad LGBTTTIQ+, advirtió el especialista en temas de sexualidad, Juan Canto González.

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En la legislatura anterior del Congreso local, en agosto de 2021, los diputados aprobaron una iniciativa en la que se determinó castigar hasta con tres años de cárcel a quien permita, conscienta o aplique tratamientos para la conversión sexual en el estado.

Tras el aval, grupos yucatecos a favor de la diversidad sexual celebraron el nuevo marco normativo a través de redes sociales.

A casi dos años, Canto González comentó que se siguen promoviendo actividades de esta índole, como retiros religiosos, pero que en realidad son terapias para modificar la identidad de género, acciones que de acuerdo con el especialista no tienen ningún sustento científico, pero que van en contra el libre desarrollo de la personalidad.

El también presidente de la Asociación Mexicana para la Igualdad y Bienestar Yaxché, lamentó que a pesar de los avances legislativos no sólo en lo local, sino también en el ámbito federal, aún prevalezcan estas prácticas.

El especialista explicó que estas prácticas buscan cambiar la preferencia u orientación sexual de las personas, pero generan graves repercusiones psicológicas.

Detalló que en 2012, la Organización Panamericana de la Salud señaló que recurrir a estos procedimientos no tiene justificación médica, pero representan una amenaza para la salud mental y los derechos humanos de quienes son víctimas de ellas.

En 2016 la Asociación Mundial de Psiquiatría llegó a la siguiente conclusión: “no existen pruebas científicas sólidas de que se pueda cambiar la orientación sexual”, por lo que alertó sobre ellas.

En nuestro país, Yucatán, Ciudad de México, Estado de México y Baja California Sur, cuentan con leyes para sancionar las terapias de conversión sexual.

 

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