México está en la antesala de un panel de controversia ante el tratado comercial con Canadá y EU, el TMEC, por el nuevo decreto prohibicionista del maíz transgénico para consumo humano.

Y es que tanto la Secretaría de Agricultura estadounidense y productores de aquel país han alzado la voz agudizando la presión para revisar el tema en un panel de controversia del  TMEC.

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En tanto expertos consultados por este diario, coinciden en el mismo tenor de que habrá posibles sanciones a México, ya que se afecta a los agricultores del grano en Estados Unidos, además de que no ven un sustento científico para prohibir el consumo del maíz transgénico como está planteado en las especificaciones del tratado de libre comercio, rebautizado como el TMEC.

Al respecto, el secretario de Agricultura de los Estados Unidos, Tom Vilsack, afirmó que su país está decepcionado del decreto del Gobierno de México que prohíbe el maíz modificado. Vilsak apuntó que su país se adhiere a un sistema comercial basado en reglas y basado en la ciencia y comprometido a prevenir interrupciones en el intercambio agrícola bilateral y no generar “daños económicos a los productores estadounidenses y mexicanos”. Aseguró que Estados Unidos ya está revisando cuidadosamente los detalles del nuevo decreto “y tenemos la intención de trabajar con la USTR para garantizar que nuestro compromiso basado en la ciencia y las reglas se mantengan firmes”.

En tanto, la Asociación Nacional de Productores de Maíz (NCGA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos, expresó su preocupación por la aceleración de los plazos de la aplicación de un nuevo decreto de Andrés Manuel López Obrador y exigió que se haga cumplir el TMEC.

“La integridad del TMEC, firmado por el propio presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador, está en juego. Señalar al maíz y acelerar una prohibición a la importación es volver letra muerta al TMEC”, señalaron. 

En tanto, Fernando Cruz, socio del Grupo de Consultores de Mercados Agrícolas (GCMA) indicó que “estamos abiertos a que Estados Unidos, dado que no estamos respetamos el capítulo (del TMEC) que habla sobre el tema de limitaciones sobre ciencia, los capítulos agropecuarios, ellos están en todo su derecho de demandarnos y de decir  ‘Oye, pues si no me demuestras que esto realmente cause daño, eso equivale a un daño a mi economía en miles de millones de dólares’”.

“Hay que recordar simplemente que el mercado de maíz amarillo representa para Estados Unidos, el corn belt, que es la zona productora de maíz, pues son bastantes miles de millones de dólares…  que pueden llegar a representar incluso sobre el PIB estatal agropecuario”, añadió.

No hay análisis de riesgo

Por su parte, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) insistió también que no se hace mención a evidencias basadas en principios y consensos científicos o en un análisis de riesgo previamente realizado que demuestre que el maíz transgénico de consumo humano es nocivo para la salud.

Asimismo, Ana Gutiérrez, especialista en Comercio Exterior en el IMCO explicó que las justificaciones para restringir el comercio de mercancías con algún socio comercial deben basarse meramente en evidencias científicas.

“Tienes que poner una justificación muy clara con evidencia científica que demuestre que hay un riesgo si se imponen, si se importa ese producto y se demuestre que hay un riesgo para el consumo humano o tienes que tener un estudio, un análisis de riesgo previo que te justifique esta medida y en el caso del decreto no viene ninguna de esas dos cosas”.

Apuntó que en el decreto no se hizo referencia a ningún estudio científico que expusiera los daños del maíz transgénico para el consumo humano, “y ese es un tema que entra en conflicto con el TMEC, con la Organización Mundial de Comercio y con las disposiciones del GATT (Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio)”.

SIN CERTIDUMBRE COMERCIAL

Gutiérrez añadió que, la modificación del decreto no da certidumbre a Estados Unidos, dado las “exportaciones de maíz amarillo (o transgénico) que ellos nos envían a nosotros, se usan aquí en México para consumo pecuario, para consumo ganadero, industrial y no necesariamente para consumo humano”.

Para el Instituto Mexicano para la Competitividad, el comercio de maíz amarillo de Estados Unidos hacia México es un negocio cuyo valor ascendió a más de 19 millones de dólares en 2022, y representa 26% del total de sus exportaciones del grano.

Por estados, el comercio del grano es relevante para Illinois e Iowa, de donde se envían el 77% y el 66% de sus exportaciones de maíz a México.

Otra voz que alertó sobre daños bilaterales por el decreto que prohíbe el maíz genéticamente modificado, es Bosco de la Vega, expresidente del Consejo Nacional Agropecuario (CNA), quien criticó que México está generando mucha incertidumbre, ya que con el tema del maíz también viene el de la energía y el electoral de 2024 en Estados Unidos. Los productores del grano de Iowa e Illinois son el voto duro del Partido Republicano y van seguramente a exigir una controversia ante el TMEC.

De la Vega dijo en diversas entrevistas radiofónicas que los mexicanos llevamos más de 20 años importando maíz transgénico para consumo humano y al momento no hemos tenido un solo problema de salud y por el contrario, Estados Unidos podría en represalia, aplicar aranceles a otros productos mexicanos que no tienen que ver con el tema. Habría sanciones a productos exitosos que dañarían a otros sectores y la economía nacional.

 

LEG