Foto: Twitter/ @LeyendaUMX |La Fama Montañesa: Historia de un exorcismo en Tlalpan
Foto: Twitter/ @LeyendaUMX |La Fama Montañesa: Historia de un exorcismo en Tlalpan  

La Ciudad de México guarda entre sus calles un sinfín de historias que conforman el folclor capitalino, el exorcismo de La Fama Montañesa, cerca del Parque Nacional Fuentes Brotantes en Tlalpan, es uno de estos relatos.

Durante el siglo XIX y ya bien entrado el siglo XX, la alcaldía Tlalpan albergó fábricas de textiles y papel, una de ellas “La Fama Montañesa” fundada en 1831, en lo que fuera la Hacienda del Arenal.

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Se dice que la paz del lugar fue interrumpida por los levantamientos revolucionarios, donde mucha gente fue abatida.

La leyenda cuenta que transcurría el año de 1926, cuando los trabajadores de esta fábrica hiladera solicitaron la ayuda del padre Félix de Jesús Rougier (en otra versión refieren que es al padre Antonio Fragoso), pues en los alrededores e instalaciones del lugar se escuchaban lamentos, fuertes ruidos y apariciones por las noches que aterrorizaban a los obreros, los cuales temían acudir a laborar al turno nocturno, y a los residentes, quienes evitaban transitar por la zona.

El sacerdote, quien fuera miembro del seminario del Espíritu Santo, que se encontraba de camino a La Fama, sugirió exorcizar los terrenos para expulsar a los entes que ahí vagaban.

El clérigo pidió a algunos de los obreros que lo acompañaran cuando realizara el acto, no sin antes advertirles que presenciarían apariciones y ruidos tétricos al realizar el conjuro.

Durante las oraciones que el cura exclamó se hicieron escuchar ruidos metálicos como de cadenas que se arrastraban, aullidos y relinchos, además de un fuerte viento que apagó las velas que portaban los presentes.

Hacia el fin de los rezos, Rougier subió el volumen al tiempo que sostenía una imagen de San Miguel Arcángel, quien, según las creencias católicas, venció al demonio. Tras esto, todos los sonidos que se habían escuchado a lo largo del exorcismo se conjuntaron estruendosamente al mismo tiempo.

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Un silencio apabullante invadió el lugar, como sugiriendo que los espectros se habían ido. Tras lo cual, relata la leyenda, el orden del lugar se restableció y no se volvieron a detectar actividades paranormales en la maquiladora textilera.

Algunos recopiladores hacen mención de esta historia, como Mario Camarena en “Manantial de Historias. El barrio la Fama Montañesa” y  Salvador Padilla en “Leyendas del Viejo San Agustín de las Cuevas y cuentos para el atardecer”.

GR