AGUILAS DEL DESIERTO
Foto: Quadratin / En los últimos dos años, por el Covid-19 no se realizaron operativos de rescate, por lo que la cifra de los muertos y desaparecidos podría incrementarse  

Bastó media hora para que el desierto de Arizona mostrara a los integrantes de la organización Águilas del Desierto, restos humanos de un migrante no identificado, abandonado por traficantes de personas en el intento por cruzar a Estados Unidos.

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Sin embargo, esto no frenó a la veintena de hombres y mujeres voluntarios de esta organización provenientes de diversas partes de México -fundada hace más de 12 años por Vicente Rodríguez, de 83- dedicada a la búsqueda y rescate de migrantes que son abandonados por “polleros” en el inmenso desierto.

Su primera misión era localizar a un joven que desde hacía una semana sus familiares solo sabían que ya no podía caminar, luego de que fue dejado abandonado a su suerte sin agua y comida.

La búsqueda continuó bajo temperaturas de unos 50 grados, por hombres y mujeres de entre 18 y 60 años de diversas partes de México, que una vez cruzaron de forma irregular y, ya regulada su situación migratoria, trabajan en diversas actividades de la construcción; pero que los fines de semana donan su tiempo y esfuerzo para la búsqueda de personas que buscan el anhelado “sueño americano”.

A mediados del mes de julio del año en curso, familiares del joven contactaron al coordinador de Águilas del Desierto, Ely Ortiz para solicitar el apoyo a la búsqueda de su hijo. A pesar del esfuerzo no se logró localizar al joven, pero sí restos de otra persona no identificada.

VIVIMOS LA PÉRDIDA EN CARNE PROPIA: ELY ORTIZ

Hace poco más de diez años, Ely -oriundo de Huajuapan de León, en la región de la mixteca de Oaxaca, vivió en carne propia el dolor de perder a un hermano y un primo, que fueron abandonados por el “coyote” en el desierto. “Pasamos muchas horas de angustia, desvelo y preocupación por no saber nada de nuestros seres queridos”.

Señala que cuatro meses y medio después, pidió apoyo de la organización, participando en la búsqueda. Bastó unas horas y recorrer parte del inmenso desierto de Arizona para que localizara los restos de sus familiares.

A partir de ese día, se identificó con la misión de Águilas del Desierto; que es darles paz a las familias.

En esta lucha por rescatar a migrantes con vida, se sumó también Maricela Ortiz, esposa de Ortiz, quienes con el apoyo total del fundador y líder de las Águilas del Desierto, el mexicano Vicente Rodríguez, se han ganado el respeto por su extraordinario trabajo

DE 30 A 50 LLAMADAS DE AUXILIO AL DIA

El teléfono móvil del oaxaqueño no deja de sonar, todos los días recibe de entre 30 y 40 llamadas de personas de México, y otros países, que piden ayuda para localizar a familiares que fueron abandonados por traficantes de seres humanos en el desierto de Arizona.

En ocasiones, los mismos traficantes avisan a los familiares que el migrante ya no pudo caminar y lo dejaron abandonado o muerto en el desierto y, les mandan las posiciones del lugar donde se quedaron para que sean rescatados, pero en otras ocasiones no hay una información real.

Las osamentas se han localizado dispersas por todo el desierto. Algunos huesos pertenecían a menores de edad.

De acuerdo a la organización, este año han rescatado a 63 personas migrantes con vida y localizado restos de 15 más de Centroamérica y México, así como de quienes no se pudo establecer su identidad.

El fundador de Águilas del Desierto refiere que la principal causa de muerte de migrantes en el desierto de EU, es la deshidratación.

“En el verano, Arizona enfrenta temperaturas de entre 50 y 55 grados. Es muy caliente, es una gran desventaja (para los migrantes)”.

 

LEG