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Foto: AFP / El presidente de la Fed dijo el miércoles que se podría anunciar otra alza de tasa “inusualmente grande” en la próxima reunión  

La intención de la Reserva Federal de lograr un ‘aterrizaje suave’ evitando la recesión se observa complicado, dado que se prevé que continúe con el alza en su tasa de referencia en lo que resta del año, de acuerdo con analistas.

En la más reciente decisión de política monetaria del banco central de Estados Unidos, por decisión unánime de los integrantes del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) se optó por un alza de 75 puntos base a su instrumento clave para ubicarlo en un rango de entre 2.25% y 2.50%.

Se trató del segundo incremento consecutivo de la misma magnitud y se dio en un contexto en el que prevalece el combate contra los persistentes elevados niveles de inflación en Estados Unidos, que hasta junio pasado se ubicó en 9.1%, la mayor en más de cuatro décadas.

“Hay gran escepticismo sobre si se pueda lograr el aterrizaje suave, sobre todo porque los incrementos en marzo empezaron siendo de 25 puntos base, como estábamos acostumbrados a tener movimientos graduales, pero de ahí, el siguiente incremento fue de 50 puntos base y estos últimos dos han sido de 75 puntos base”, explicó Janneth Quiroz, subdirectora de Análisis Económico en Monex.

“El hecho de que se esté haciendo con tanta urgencia de una política monetaria expansiva a una restrictiva, yo creo que es donde realmente existe el riesgo de que los factores económicos no puedan ajustarse tan rápido y en donde veamos que pueda presentarse una desaceleración importante”, precisó.

Ante un escenario complejo en Estados Unidos en el que ya se dan muestras de desaceleración de su economía –y en la espera este jueves del dato del PIB del segundo trimestre–, sumando a los incrementos acelerados en su tasa de referencia, “luce bastante retador el hecho de tener este aterrizaje suave por el momento”, añadió.

Raymundo Tenorio Aguilar, economista y profesor emérito del Tecnológico de Monterrey, apuntó que la política monetaria de Estados Unidos sí puede lograr incidir en la reducción de la inflación en el mediano plazo, pero justo su efecto se estaría reflejando en una desaceleración, en línea con las más recientes expectativas económicas de crecimiento que dio a conocer el FMI el martes pasado.

El FMI recortó sus estimaciones de crecimiento del PIB de Estados Unidos en el corto y mediano plazo, pasando de 3.7% a 2.3% para 2022; y de 2.3% a 1% para 2023.

“Los bancos centrales no controlan precios, lo que pueden hacer es meterle un frenón a la economía, porque se supone que esta elevación de tasas debe alentar el ahorro. Es decir, en lugar de tener el dinero para gastarlo en bienes y que eso presione a una elevación de precios por la demanda de bienes, estemos tentados a mejor ahorrar porque las tasas al ahorro incrementan también”, expuso.

“Entonces, al destinar más dinero al ahorro, y menos dinero al consumo, eso puede contener la inflación. ¿Cuál es el costo de ello?, pues un freno en la actividad económica, las empresas van a pedir menos dinero; las personas también, al encarecer el crédito, disminuimos nuestro consumo, se acumulan los inventarios y eso puede provocar una caída en la producción. Por eso es el término que se usa es que podríamos caer en recesión porque la producción empieza a pararse por una menor demanda de bienes”, dijo.

Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex, refirió que el proceso del control de la inflación todavía va a ser largo, con miras a que se acerque al objetivo de 2% de la Fed hacia finales de 2023.

Para lo que resta de 2022, prevé que la Reserva Federal continuará ajustando al alza su tasa, con aumentos de menor magnitud a los 75 puntos base.

 

 

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