La idea de un Gobierno de coalición con todos los partidos políticos de oposición va sumando cada vez más adeptos en la opinión pública, que ve con gran preocupación cómo estos partidos no han pasado de una alianza parcial -Movimiento Ciudadano no se ha adherido formalmente a la Alianza por México- y que, si bien han tenido algunos resultados positivos en lo electoral, no se les ve con la fortaleza suficiente para enfrentar a Morena en 2024.

Es necesario, como ya mencionamos, que este Gobierno de coalición tenga una representatividad de la mayoría de las fuerzas políticas, incluidos los demócratas que sí existen en Morena, para poder proponer políticas públicas transversales que tengan las siguientes características: que sean indiscutibles, unificadoras y de aplicación inmediata.

Una política pública transversal es aquella que toca y afecta, positiva o negativamente, todos los aspectos de nuestra vida. La seguridad es la política pública por definición. Es el pilar sobre el que se basa la idea de Estado y de Gobierno.

Si nos atenemos a las cifras de asesinatos y desapariciones forzosas en México, perpetrados por el crimen organizado en los tres últimos gobiernos, podemos afirmar, que sí estamos en guerra y que no la estamos ganando.

Tratemos de analizar las causas y las soluciones:

El Gobierno federal y la oposición están más preocupados -y ocupados- en repartir culpas que en proponer soluciones reales. Seamos claros: la estrategia de Calderón no fue la adecuada, pero también es cierto que no fue él quien declaró la guerra a los grupos criminales, éstos ya estaban en abierta guerra en contra de México. La respuesta de AMLO al problema es doblemente fallida: querer desconocer que sí estamos en guerra -los criminales siguen en su lucha contra el país- y proponer a nuestros enemigos una suerte de tregua con su postura “abrazos, no balazos”. En los hechos -la visita de AMLO al Triángulo Dorado- se demostró quién manda en el territorio de los criminales. Está claro que no es el Gobierno.

Tampoco están dando resultados los programas sociales para “convencer” a los miles de agricultores y jóvenes de abandonar las filas de los criminales. Muchos de ellos están becados por el Gobierno y siguen trabajando para estas bandas de delincuentes al mismo tiempo.

¿Qué hacer? Ante todo, poner por delante en la agenda, la protección a las víctimas, en eso creo que todos estaríamos de acuerdo. No podemos ganar una guerra sucia, si al mismo tiempo, peleamos una guerra civil política entre el Gobierno y la oposición.

Urge que AMLO ponga orden en su Gobierno, no puede seguir con la FGR inoperativa y desenfocada. Tiene que fortalecer a la UIF en su objetivo central de bloquear todas las vías financieras del crimen organizado, y no ocuparse de la reforma electoral en contra del INE.

Una tarea delicada es que el Ejército y la Marina regresen a su esencia; defender al país y su soberanía en caso de la agresión de cualquier enemigo de México. ¿Cómo pueden centrarse en sus obligaciones primarias si están rebasados por toda suerte de encargos? Esto además contribuiría a recuperar la inmensa reputación de la que habían gozado y que se ha diluido en estos tres años.

La oposición debe pasar de inmediato a construir propuestas legislativas -y operativas- e intentar, por todos los medios, que éstas sean con el mayor consenso posible. Hay que construir una nueva colaboración con Estados Unidos, es intolerable su complacencia ante la venta y el tráfico de armamento de alto poder destructivo que apunta directo en contra de la vida de los mexicanos buenos.

@Pancho_Graue

fgraue@gmail.com