Desde Palacio Nacional ha comenzado la operación para impulsar a la secretaria de Educación, Delfina Gómez, como candidata a la gubernatura del Estado de México.

Hace cinco años, la hoy funcionaria federal compitió por el mismo puesto y perdió con el priista Alfredo del Mazo en una votación muy cerrada.

El encargado de asesorar a Gómez es el propio vocero presidencial, Jesús Ramírez, que por lo menos una vez a la semana “se da su vuelta’’ por la oficina de la secretaria, en la calle República de Argentina, en el Centro Histórico.

Hasta ahora, las señales que salen de Palacio Nacional la siguen ubicando como la preferida, sobre sus mentores Higinio Martínez y Horacio Duarte; el primero, senador y el segundo, director de Aduanas.

Martínez se dio cuenta de la preferencia sobre Gómez y organizó un “acto de espontáneo apoyo’’ en Texcoco, sede del grupo político que encabeza, para tratar de inscribirse en la carrera.

Pero comenzó tarde y ahora, incluso los morenistas, lo ven desesperado y corriendo en contra de la corriente mayoritaria alentada por el Presidente.

Duarte, aunque forma parte del mismo grupo político -Martínez es su formador-, se ha mantenido a la distancia quizá sabiendo que esta vez no participará en la carrera.

No es que no quiera, simplemente no le han dado autorización para que se mueva.

Y seguramente no lo hará, pues la posición que ocupa es fundamental para las estrategias políticas, económicas y comerciales del Gobierno de la 4T.

Salvo Martínez y Duarte, no se ve otro aspirante serio de Morena -lo del alcalde de Ecatepec, Fernando Vilchis, es una gansada; no puede gobernar su municipio y quiere gobernar al estado-.

Las señales de lo alto indican que repetirá Delfina, pero las condiciones en las que llegará no son las mismas.

Gómez fue reconocida como culpable por las autoridades electorales de haber descontado 10% de los salarios de más de 500 trabajadores del ayuntamiento de Texcoco para entregarlo al jefe de su grupo político, Horacio Duarte.

Las pruebas demostraron que, efectivamente, la secretaria de Educación Pública dispuso de ese dinero sin el consentimiento de los trabajadores.

El partido fue multado, pero a ella no se le fijó ningún castigo pese a las evidencias y los fallos de las autoridades electorales.

Llegará al proceso con el desgaste que produce ser secretario de Gabinete, en donde las pifias se magnifican, y en medio de la polémica por el cambio de orientación de los libros de texto gratuitos, que está en proceso.

En política se dice que el partido que gana el Estado de México gana la Presidencia, o un porcentaje mayor de la misma.

Ya veremos el próximo año.

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Algo grave amenaza con pasar en Tamaulipas en los próximos días, dado el muy tenso ambiente político que priva en la entidad que elegirá gobernador el 5 de junio próximo.

A la denuncia de que dinero del narcotráfico está circulando en las campañas, se añade el hecho de que uno de los colaboradores principales del candidato de Morena, Américo Villarreal, tiene orden de aprehensión por operaciones con recursos de procedencia ilícita.

Se trata del alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, hijo de la exsenadora del PAN María Esther Ortiz Domínguez, mejor conocida como “Maki’’, señalado, según la Fiscalía local, por Julio Carmona, hermano y socio de Sergio Carmona, asesinado en Monterrey el 23 de noviembre pasado, como presunto lavador de activos.

Hasta el propio Ricardo Monreal pidió al INE atraer esa elección pues las cosas están llegando a un punto sin retorno.

LEG