Covid
Foto: AFP / En febrero de 2020, con los sistemas sanitarios mundiales en alerta, la OMS determinó que el Covid sería considerado una pandemia  

El reporte de varios casos de neumonía en la región de Wuhan durante las últimas semanas de 2019 marcó un antes y un después en la vida de casi 8 mil millones de personas.

Más de dos años después, las muertes se cuentan por millones, la cantidad de contagios al día (hoy sabemos que de Covid-19) es escandalosa en algunas regiones, las nuevas variantes siguen apareciendo, y China, el país en donde todo comenzó, se enfrenta al escenario que más temía desde que logró controlar su primera ola, en 2020.

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El 31 de diciembre de 2019, la Comisión Municipal de Salud de Wuhan notificó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre el brote de “neumonía atípica” al que se estaba enfrentando. Dos meses después, tras definir la estrategia, darle un nombre, y publicar la secuencia genética de un nuevo tipo de coronavirus, con los sistemas sanitarios mundiales en alerta, la OMS determinó que el Covid-19 sería considerado una pandemia. El resto es historia…

Han pasado 28 meses y los registros de la Organización se siguen actualizando día con día, dando cuenta, al 12 de abril de 2022, de más de 6.1 millones de muertos por el mal, casi 500 millones de casos confirmados acumulados, y más de medio millón de nuevos contagios a nivel mundial cada 24 horas; esto, a pesar de las 11 mil 250 millones de vacunas aplicadas contra el virus.

COMBATE DESIGUAL

Al terminar el primer año de vacunación -y el segundo de la pandemia-, la crítica del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, advertía de los riesgos que tendría, en el corto plazo, la desigualdad en el acceso a los biológicos, acaparados por las principales economías que promueven la aplicación de terceras y cuartas dosis, mientras el sur global se mantiene lejos de cumplir con las metas de inmunización recomendadas por la agencia.

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“Es probable que los programas de refuerzo prolonguen la pandemia, en lugar de ponerle fin, al desviar el suministro a países que ya tienen altos niveles de cobertura de vacunación, lo que da al virus más oportunidades de propagarse y mutar”, dijo el director general de la OMS durante una rueda de prensa en diciembre de 2021, mientras la recién descubierta Ómicron se dispersaba sin control por Europa. Y tenía razón.

Tan solo este lunes 10 de abril, la Organización informó del seguimiento que realiza sobre dos nuevos linajes de la variante Ómicron, BA.4 y BA.5, cuyas mutaciones aún están bajo estudios que permitan comprender sus adaptaciones y el impacto que podrían tener en el potencial de contagio.

También se cuenta con la aparición de BA.2, a la que señalan como culpable del repunte mundial de las últimas semanas, además de la subvariante XE en Reino Unido, identificada en enero, y que constituye una mezcla de las ya reconocidas BA.1 y BA.2. De la XE se han identificado al menos 700 casos.

¿QUÉ PASÓ EN CHINA?

Aunque se esperaba que 2022 fuera el año del fin de la pandemia, los expertos siguen alerta ante el comportamiento del virus y sus cepas. Anthony Fauci, el principal epidemiólogo de Estados Unidos, advirtió recientemente que los norteamericanos deben estar pendientes de un repunte durante las próximas semanas.

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En China, una política estricta para erradicar el virus los mantuvo a salvo mientras el resto de naciones se enfrentaban a las oleadas de recontagios y las campañas de vacunación desiguales. Hoy, el país en donde todo se originó se enfrenta al escenario que trató de evitar durante dos años mediante la estrategia “cero Covid”, y se vio rebasada de un momento a otro, rompiendo récords de contagio a diario.

Por citar un ejemplo, el 3 de marzo de 2022 China registró 22 mil contagios y 178 muertes por SARS-CoV-2 en 24 horas; mientras que el 1 de noviembre de 2021, cuando el mundo padecía un nuevo embate de la enfermedad, el gigante asiático solo reportaba 99 infecciones y cero muertes entre sus más de mil 400 millones de habitantes.

El sufrimiento causado por los estrictos controles, los confinamientos, y la crisis económica parecen no haber servido de nada. Los contagios en varias regiones del país se han salido de control… dentro de sus estándares. En Shanghái, el brote ya suma casi 100 mil casos en total, y la respuesta del gobierno ha sido decretar aislamiento para sus 25 millones de habitantes.

Aunque actualmente los registros de las muertes van a la baja y podrían dar cuenta de la efectividad de las vacunas en la población mundial, el potencial de infección del Covid-19 no debe subestimarse, pues sigue siendo la causa de miles de hospitalizaciones y muertes.

EL FUTURO DEL COVID-19

Aunque actualmente los registros de las muertes van a la baja y podrían dar cuenta de la efectividad de las vacunas en la población mundial, el potencial de infección del Covid-19 no debe subestimarse, pues sigue siendo la causa de miles de hospitalizaciones y más muertes que en oleadas anteriores, esto último, sobre todo en los países más vulnerables.

Recientemente, la OMS presentó la actualización del Plan Estratégico de Preparación y Respuesta para el Covid-19, en el que plantea tres posibles escenarios.

El primero y más probable, según el doctor Tedros, es que el virus siga mutando hasta convertirse en una enfermedad menos grave, más bien endémica y menos letal.

El segundo, siendo optimistas, sería el surgimiento de más variantes y un impacto disminuido, sin requerir la aplicación de nuevas dosis ni la reformulación de los biológicos.

El tercero, y del cual el mundo no está exento, tiene que ver con la generación de una variante más letal y transmisible que además sea fuerte ante la inmunización, haciendo necesaria la reformulación de las vacunas, y una nueva aplicación.

LEG