Por: Sandra Gálvez

Ford presentó la nueva Bronco, SUV que puso a prueba en una ruta para tener las primeras sensaciones de manejo.

Escenario hermoso en zona boscosa mexiquense que abrió la puerta para la ruta en la que este todoterreno se estrenó.


Dos versiones que son las que llegan a México estuvieron presentes para esta cita: Outer Banks y Badlands. Dos y cuatro puertas, para quien de un vehículo más amplio o quien se casa con la silueta original.

En la mecánica no hay cambios: motor de Ecoboost de 2.3 litros que genera hasta 300 caballos de fuerza y 325 lb-pie de torque. La transmisión es automática de 10 velocidades y en lo que se diferencia es en los modos de manejo y la reductora.

Eco, lluvia, lodo, arena están presentes en ambos, pero en la versión Badlands incluye el modo rock-crawl y Baja. En esta versión también incluye el modo 4A para la desconexión del eje delantero.

Sabiendo esto, la travesía empieza con velocidad. El primer acelerón para ver la entrega de potencia del bloque. Cumple muy bien. Llevar el vehículo sin puertas y techo da una sensación única, más salvaje, más primitiva, más original.

Con los descensos y los surcos pronunciados entre rocas, Bronco demuestra la fiabilidad de su reductora y su suspensión. Las novedades que destacan en lo estético es una defensa más pronunciada y llantas de 33 pulgadas.

Los neumáticos son un punto a su favor para exigirle más de lo que ya conocemos puede dar. Mientras que en el interior vemos acabados de buena calidad. Aquí el confort es un punto que Ford no descuida con este SUV, que por más 4×4 sea su utilidad, no deja de lado cierta sofisticación.

Sortea muy bien los obstáculos, se mantiene bien plantada en el suelo y se tiene la dosis de estilo con un diseño que desde la edición anterior encantó a más de uno.

Ahora habrá que adentrarse en una prueba en ciudad para ver si preserva la dualidad con la que ganó muchos adeptos hace un año cuando revivió.

 

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